Esta fábula de Mariano Melgar cuenta la historia de unos pavos soberbios y malvados que veían con desdén a todas las aves. Las menospreciaban en gran manera y no podían apreciar la majestuosidad de las aves. Porque para ellas, los pavos eran los mejores. ¿Cómo creen que continua la historia?
Muy soberbios los pavos miraban
Con desprecio a otras aves de cría:
Con gran sorna cada uno decía:
«¡Palomitas, gallitos… no hay más!»
Cuando alguna gallina encontraban,
Ni mirarla: con gran reverencia
La infeliz en su augusta presencia
Se postraba, queriendo agradar.
Su tertulia los gallos tenían;
A la paz y a la unión convidaban.
Aun algunos pichones entraban,
¿Pero pavos? ninguno, jamás.
Ya los otros sufrir no podían,
Renegaban mirando el ultraje;
Pero el amo templó su coraje
Con traerles un buen pavo real.
De palomas y gallos bien pronto
Se hizo amigo; pretende que luego
Haya en casa quietud y sosiego,
Y a los pavos intenta ablandar.
«Buena maula ¡Quien viene con esto!»
Le contestan hinchados los pavos:
«Qué avecita! valdrá dos ochavos;
A las otras en cuerpo es igual.»
No por esto el tal jefe desiste,
Se arma pronto y un cielo parece:
Cuanto bello la luz nos ofrece
Se reúne y le viene a adornar.
Más la turba soberbia resiste:
También se arma, se vuelve, pasea
Con tal cara de orgullo, aunque fea.
Que los hizo, por fin, reventar.
A patadas y a pico deshacen
Su plumaje los gallos airados;
Ellos se arman así destrozados;
Más ya son un atroz matorral.
Si a unos hombres la pompa quitaran
Los que mandan, harían justicia;
Yo en los gallos no encuentro malicia,
¿Y en los pavos?… No es malo callar.
Moraleja: Si las personas de poder fueran menos soberbias y justas, la sociedad estaría en mejores manos
Referencias:
diarioinca.com/fabula-mariano-melgar
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