Días ha que leyendo un libro viejo
Escrito por un hombre de consejo,
Hallé un rasgo de historia
Digno de encomendarse a la memoria.
El suceso, no hay duda, es muy extraño:
Pero es preciso que se cuente este año.
Dicen que las abejas ab initio
No supieron portarse con el juicio
Y buen arreglo de hoy, ni lo pensaron;
Pero aquellas catorce que lograron
En tiempo del diluvio entrar al arca,
Curiosas observaron que el Patriarca
Dispuso en ella todo cuanto había
Con arte y simetría.
Aquí lobos voraces, allí ovejas:
Más allá perros, gatos, comadrejas,
Elefantes, ratones y mosquitos,
En otra parte lindos pajaritos,
Jilgueros, gallos, garzas, grullas, gansos;
En otra división trigo y garbanzos,
Maíz, arroz, cebada....
¡ Qué cosa tan bien puesta y ordenada!
Á todas agradó su providencia.
Juntáronse por fin en conferencia.
Dijo la más antigua: « Compañeras,
Confieso la partida: muy groseras
En gobierno y costumbres hemos sido
Nunca en comunidad hemos vivido:
Nadie pensó si no en pasar el día.
Tal vez no faltaría
Quien desease el orden; pero en vano:
Cobijada en la rama de un manzano,
O metida en las pajas de algún techo,
Jamás hacía cosas de provecho,
Ni era dable que a todas persuadiese.
Más hoy que este embarazo no se ofrece,
Y hemos de ser raíz de toda abeja,
Yo como la más vieja
Soy de sentir que luego que salgamos
Una sola familia compongamos:
Una sola casa: las menores,
Como que tienen fuerzas superiores,
Miel y cera de flores exquisitas
Cojan, en tanto que las viejecitas
Ordenamos las cosas de gobierno,
Y para que este entable sea eterno
Pondremos una maestra de novicias.»
«¡Gran cosa! ¡Bueno! ¡Albricias!»
Gritan todas; y el plan verificaron.
Más vieron fenecer sus alegrías,
Porque dijo de agravio en pocos días
La incauta juventud: «El remo todo
Se nos carga, de modo
Que ya nuestro vigor se debilita:
Más de una hora de sueño se nos quita.
Como ellas tienen seca la cabeza,
Nos despiertan temprano» «¡Que simpleza
De muchacha!» dijo una mamantona:
«Lo de hoy mira y pregona,
No hagas cuenta de ayer ni de mañana,
Mañana mandará la que hoy se afana,
Y mil males de ayer hoy no subsisten,
Y por fin, males hay irremediables
Que por un bien mayor son tolerables.»
En reclamar no insisten:
Á todas las convence con tal ciencia,
Tanto acierto, energía y elocuencia,
Que su error las menores conocieron
Y sin más regañar se sometieron.
Ciudadanos: Dios solo
Puede mandar del uno al otro polo
Sin defecto ninguno;
Y así aquel importuno
Que se lo quiera todo muy cumplido
En el nuevo gobierno establecido,
O algún descuido entre hombres no perdona,
Relea el texto de la mamantona.
Referencias:
biblioteca.org.ar/libros
dokumen.tips/documents/resumen-de-poemas-y-fabulas-de-mariano-melgar
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