Mirando con desprecio a cuantos peces
pueblan el ancho mar, una ballena
decía a boca llena:
“Todo esto es pitajaya; en dos reveses
arrollaría estos bichos si quisiera
y me los tragaría en un instante.
Si el mentado elefante viviera,
me tragara también al elefante;
pues, bien visto si ensancho mi garguero
soy capaz de tragarme al mundo entero”.
Tantas baladronadas
a todo pez tenían ya mohíno,
hasta que un lobo calladito vino
por entre las oleadas;
observó que la grande tragadora
apenas anchovetas engullía,
y a todos avisó que la Señora
con toda su armazón nada valía.
Fabio, cuenta a tu amigo este pasaje;
dile que a nadie ultraje
exagerando su sin par talento;
no vaya a ser que un lobo halle sus tretas,
y nos haga saber en un momento
que no puede tragar sino anchovetas.
Referencia:
- es.wikisource.org
- biblioteca.org.ar/libros
- dokumen.tips/documents/resumen-de-poemas-y-fabulas-de-mariano-melgar
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