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Zulema Manrique / Entre rocotos y ajís (2 de 2)

Su Majestad el Ají, es el protagonista estelar en la gastronomía peruana desde tiempos ancestrales, al aportar sabores, aromas y colores diversos. Conforman el ADN de nuestra identidad cultural y son emblema de nuestra gran biodiversidad. Las investigaciones arqueológicas en la cueva de Guitarrero, uno de los asentamientos humanos más antiguos del Perú, ubicada en la provincia ancashina de Yungay, descubrieron semillas de ajíes que acompañan a restos óseos de más de 8,000 años antes de Cristo.


El Ají destaca también por poseer importantes propiedades nutricionales que los convierten en auténticos superalimentos; propiedades que se han conocido durante mucho tiempo. Hay pruebas de que los indígenas americanos usaron el ají picante como alimento y como medicina desde hace al menos 9000 años. Los sanadores tradicionales de la India, China, Japón y Corea la usan como remedio para problemas digestivos, falta de apetito y problemas circulatorios.


La clave es la capsaicina. - Los ajíes son alimentos cuyo principal componente es la capsaicina, una oleorresina presente en la familia capsicum que le confiere el sabor picante, pero que también tiene propiedades analgésicas y anticoagulantes, y en esto último beneficia a las personas con riesgo de enfermedades cardiovasculares.


1.Efecto analgésico. - Cuanto más picante es un ají picante, más capsaicina contiene. Este ingrediente interrumpe el circuito del dolor porque priva a las células nerviosas de una sustancia química llamada sustancia P, que interviene en la transmisión de las señales de dolor por las terminaciones nerviosas hacia el cerebro. Debido a esa acción que controla el dolor, la capsaicina se ve en muchas cremas recetadas y de venta libre, ungüentos y parches para artritis y dolores musculares. También se la emplea para el tratamiento del dolor posoperatorio, herpes dolorosos y neuralgias asociadas a la diabetes.


2. Activación del metabolismo. La capsaicina también es un activador del metabolismo, y acelera el mecanismo de quemar calorías durante un par de horas después de comer. Además, los ajíes picantes actúan como antiinflamatorios.


3. Alivia dolencias y levanta el ánimo. - Estudios científicos revelan que el consumo de ají ayuda a combatir el dolor generado por la artritis, además de estimular el sistema nervioso debido a que provoca que el organismo produzca endorfinas, compuestos que están asociados con la satisfacción y el bienestar. Asimismo, regula los niveles de glicemia, complementando el tratamiento de la diabetes, y genera un efecto bactericida al eliminar las bacterias nocivas que afectan el estómago.


En un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition (Revista estadounidense de nutrición clínica), se señaló que, si los pacientes con diabetes comían un plato condimentado con ají picante, necesitaban menos insulina después de comer para reducir su nivel de azúcar en sangre. Los resultados fueron respaldados por investigadores tailandeses en 2009. El tema es que hay que usar al menos una cucharadita para disminuir la glucosa; mucho para quienes no tengan el paladar a prueba de fuego.


4. Avances en el tratamiento del cáncer. En todo el mundo se trabaja intensamente tratando de descubrir cómo canalizar el potencial de la capsaicina para combatir tumores. En el Instituto de Tecnología de Massachusetts se estudian los efectos de la capsaicina sobre el cáncer de colon. Llegaron a la conclusión de que puede hacer que las células cancerosas se autodestruyan, porque afecta los niveles de óxido nítrico. En el Centro Médico Cedars-Sinai de la Facultad de Medicina de la UCLA, se investigó el efecto de la capsaicina sobre el cáncer de mama. En otro estudio, se reveló que hacía más lento el crecimiento de las células mamarias cancerosas en el entorno del tubo de ensayo. En los estudios sobre animales, la capsaicina disminuyó en un 50% los tumores inducidos experimentalmente en ratones, e inhibió el desarrollo de lesiones precancerosas hasta un 80%. En pruebas de laboratorio publicadas en 2009, investigadores taiwaneses mostraron que la capsaicina hace que las células cancerosas del estómago se autodestruyan. Es probable que aún falten años de investigación antes de que sepamos si consumir ají picante puede prevenir o tratar el cáncer en seres humanos. Sin embargo, es cierto que no hay inconveniente en consumir este producto regularmente, solo por si acaso.


Valorado por la agroindustria. -La agroindustria extrae las oleorresinas para producir colorantes naturales destinados a alimentos humanos y de animales, para elaborar insecticidas orgánicos; así como en perfumería, dispositivos de defensa personal, entre otros productos.


Germoplasma de ajíes peruanos. - El Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) unen esfuerzos científicos para consolidar una Colección Nacional de Germoplasma de Ajíes Oriundos del Perú. Actualmente, las colecciones de ajíes del INIA y la UNALM en conjunto conservan más de 900 accesiones (muestras genéticas). El INIA cuenta con 413 accesiones de ajíes y 296 de rocotos; mientras que la universidad tiene más de 200 de ajíes, colectadas en distintas regiones del Perú.


Referencias:

mysanitas.com/es/blog/nutrici%C3%B3n-y-fitness

www.iprofesional.com/health


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