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Zulema Manrique / Biofilia y salud emocional

Biofilia quiere decir “tendencia o amor hacia lo vivo”. Viene del latín “bio” que significa vivo y “philia” que es un tipo de amor fraternal que suele traducirse como amistad o afecto. El concepto fue utilizado por primera vez en 1973 por el psicólogo y filósofo Erich Fromm para referirse a “la atracción por la vida” La biofilia es una tenencia psicológica que nos lleva a sentir afinidad por los seres vivos.


¿Qué es la biofilia?

La biofilia es un concepto que fue en un principio utilizado por el psicólogo Erich Fromm, autor de libros como “El arte de escuchar”, “El arte de amar” o “El miedo a la libertad”, entre otros. Para Fromm la palabra biofilia se refiere al amor a la vida, siendo la esencia de esa ética humanista que ha cobrado especial protagonismo en sus libros al ser unos de los temas centrales en los mismos.


En este sentido la biofilia parte de una perspectiva encauzada a la supervivencia desde una actitud cuidadosa, productiva y también creativa hacia la propia vida, siendo fundamental para la salud mental de cada persona.


Tras Fromm, fue el biólogo Edward O. Wilson quien elaboró en mayor profundidad el concepto de biofilia, destinado su libro “Biophilia” (1984), en el que establece la afirmación de que las personas sienten una afinidad de origen innato por todos los seres vivos y por la vida en sí misma, de manera que entre sus necesidades primarias para sentirse sanas y lograr un bienestar sería la necesidad de estar en contacto con la naturaleza.


La Biofilia y la Salud Mental

Se han desarrollado diversas investigaciones al respecto, entre las que cabe destacar un estudio sociológico en el que participaron más de 350.000 personas, publicado en 2009, en el que se confirmó la teoría de Wilson al encontrarse que cuanto más rodeadas estuviesen las personas en el lugar en el que vivían, menos frecuentes eran los casos de trastornos mentales, enfermedades pulmonares y vasculares, por lo que la calidad de vida y, por tanto, el bienestar percibido eran mayores en las personas que habitaban en entornos rurales que en aquellas que vivían en las grandes ciudades.


Por otro lado, hay otros estudios que hablan de un conjunto de síntomas recogidos dentro de la denominación de “trastorno por déficit de naturaleza”. Dejando a un lado las etiquetas y los diagnósticos, sí que se ha podido observar en este sentido que existen una serie de manifestaciones negativas en diferentes niveles de la salud física y psicológica como unos mayores niveles de obesidad y depresión en entornos urbanos.


Se ha comprobado que el entorno natural facilita la experimentación de sensaciones positivas y también disminuye los niveles de estrés, por lo que una buena opción para aquellas personas que están experimentado unos niveles de estrés elevados sería una escapada a cualquier entorno natural siempre que sea posible.


Incluso se ha podido observar algunas investigaciones que, dentro de las ciudades, los paseos rutinarios por los espacios urbanos en los que se encuentre abundante naturaleza y unos niveles de ruido menores que en el centro urbano, como pueden ser los parques o los paseos fluviales, ayudan a disminuir los niveles de estrés y depresión.


De modo que un paseo por la naturaleza diario mejora los niveles de concentración de los niños y niñas, por lo que sería una rutina más que aconsejable poner en práctica. Esto podría deberse a que cuando las personas se encuentran rodeadas de naturaleza tienen menos estímulos distractores e irrelevantes que si estuvieran en la ciudad, de manera que el sistema de la atención ejecutiva, que se encuentra afectado en los casos con TDAH, puede descansar y relajarse logrando aliviar ese desgaste que se suele sufrir en el potencialmente estresante entorno urbano.


A raíz de la pandemia por el coronavirus hemos podido comprobar la influencia de la biofilia en el ser humano al observar esa necesidad de estar al aire libre, especialmente durante la etapa del confinamiento, lo que ha dado paso a una mayor valoración de los beneficios de estar rodeados de naturales y es que un hábito que ha crecido notablemente durante estos últimos años ha sido la práctica de ejercicio físico y, especialmente, del senderismo en la montaña a través de diferentes rutas.


La Biofilia y un mejor nivel de vida

Sabemos que no es fácil tomar las maletas cada tercer día y escapar del caos de la ciudad para ir a una gran montaña, a la playa o incluso al bosque, por lo tanto, es momento de traer el concepto biofilia al hogar.


La biofilia puede entrar en la casa de forma muy simple: incorporando un grupo de plantas en algún rincón de tu casa, ventana, balcón o pasillo. El cuidado de las mismas también genera conexiones cerebrales sanas y por lo tanto un balance emocional.


No es casualidad que, incluso grandes empresas, utilicen este concepto en sus oficinas en grandes ciudades. Más allá de una mesa de billar, futbolito o cualquier otro juego, han optado por integrar de manera monumental parques internos, muros verdes y sin fin de elementos naturales para que la gente pueda trabajar mucho más tranquila y relajada.


La Naturaleza nos hace mejores personas, nos hace más sociables y nos da salud. La biofilia es una realidad y debemos percibirla en nuestra vida. Sintamos la presencia de la Naturaleza en la ciudad y esperemos que las deficiencias en verde urbano que se manifiestan actualmente en muchos barrios se eliminen y en las ciudades podamos disfrutar de una infraestructura verde necesaria y a la que aspiramos desde lo más profundo de nuestro ser. Ojalá nuestra matriz ambiental humana consiga que todos los factores que la influyen sean positivos, tanto económico como sociales, en el marco de ciudades biofílicas donde nuestro mejor yo, se encuentre en un fraterno abrazo con los otros.


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