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Zulema Manrique / Para resolver la crisis climática

Debemos modificar la forma en la que nos alimentamos

Incluso si las emisiones de combustibles fósiles se detuvieran de inmediato, las emisiones del sistema alimentario global por sí solas podrían elevar las temperaturas globales en más de 1.5° C.


Así lo muestra una nueva investigación de un equipo internacional liderado por la Universidad de Oxford. Un artículo publicado en noviembre en la revista Science revela que, aunque la reducción del uso de combustibles fósiles es esencial para cumplir los objetivos climáticos globales, esos objetivos están fuera de alcance a menos que el sistema alimentario global también se transforme.


Muestra que lo que comemos, cuánto comemos, cuánto se desperdicia y cómo se producen los alimentos deberá cambiar drásticamente para 2050 para lograr el objetivo del Acuerdo Climático de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5° C o 2° C por encima de los niveles preindustriales.


Los investigadores encontraron que, si continúan las tendencias actuales, las emisiones de los sistemas alimentarios superarían el objetivo de 1.5° C dentro de 30-45 años y podrían superar el objetivo de 2° C dentro de 90 años, incluso si todas las demás fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero se detuvieran de inmediato.


Si, en cambio, otras fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero llegaran a cero para 2050, entonces el objetivo de 1.5° C se superaría en 10-20 años y el objetivo de 2° C a finales de siglo. El estudio estimó cómo cambiarían las emisiones de gases de efecto invernadero en una amplia gama de posibles caminos para el sistema alimentario mundial.


Evaluó estas proyecciones de emisiones utilizando la métrica GWP* desarrollada recientemente en la Oxford Martin School. Esta nueva métrica permite informes más precisos del papel de los diferentes gases de efecto invernadero en los cambios de temperatura global, lo que refleja la diferencia entre el dióxido de carbono de larga duración y el gas metano de corta duración, que se produce en el cultivo de arroz y en rumiantes de granja como las vacas. “Las discusiones sobre la mitigación del cambio climático generalmente se enfocan en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la quema de combustibles fósiles, por ejemplo, del transporte o la producción de energía.


Sin embargo, nuestra investigación enfatiza la importancia de reducir las emisiones del sistema alimentario global”, dice el autor principal del artículo, Dr. Michael Clark, Oxford Martin School y el Departamento de Salud de la Población de Nuffield, Universidad de Oxford. “La buena noticia es que existen muchas formas factibles de reducir rápidamente las emisiones de alimentos si se toman medidas rápidamente. Estos incluyen tanto aumentar el rendimiento de los cultivos como reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, pero lo más importante es que las personas cambien hacia dietas predominantemente basadas en plantas".


La investigación deja en claro que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de los sistemas alimentarios requerirá una acción coordinada en todos los sectores y entre los gobiernos nacionales. Sin embargo, los cambios que reducirían las emisiones también tendrían beneficios adicionales, por ejemplo, reducir la contaminación y la escasez del agua, aumentar la biodiversidad y reducir la tasa de problemas de salud relacionados con la dieta, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.


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