¿Qué se espera del mensaje de la nación frente a un episodio de conflictividad políticas y los sucesos climatológicos?
Históricamente a lo largo de la vida republicana del Perú, ha sido un país primario exportador, por lo cual ha tenido sus auges cuando los precios de las materias primas como el salitre y el cobre tuvieron picos históricos.
En el actual contexto internacional en que se viene desenvolviendo la economía peruana a diario nos preguntamos: ¿Continuará el crecimiento de la economía peruana?, ¿Seguirá reduciéndose los índices de pobreza?, ¿Se generará mayores puestos de trabajo? ¿Se renovará la confianza en el país? ¿Tendremos un cambio presidencial?
Lo cierto es que el Perú hasta el 2014 estuvo impulsado por los altos precios de los metales; a partir de ahí los precios comienzan a descender y también el ritmo de crecimiento de la economía peruana. Por lo cual los crecimientos históricos del Perú que a bordeado el 6% del PBI se debe a os movimientos de la economía internacional, siendo el aporte de las políticas públicas en un 10% o 15% al producto bruto interno.
Sin embargo, la confianza en el país se ve reflejada en la necesaria senda de retomar la inversión y que es un tema muy esperado en el mensaje de la nación; requiriendo que la estabilidad sea la prioridad ante el debate de una posible recesión en el Perú.
Ante dicho panorama de lento crecimiento, el principal impacto es el deterioro de los términos de intercambio de largo plazo, así como en el deterior de los ingresos del canon y regalías que los gobiernos regionales reciben, afectando a los presupuestos que cada vez se van recortando. Por lo tanto, la inversión extranjera directa se podría ver disminuida dado que es menos rentable y las fuentes de recaudación vía precios no sería tan loable, afectando a los recursos fiscales, dada la menor participación del sector de la minería en el producto bruto interno.
De ahí la importancia que en el mensaje de la nación se aborden temas como el fomento de la inversión privada a partir de la diversificación económica, que se conviertan en el segundo motor de la economía peruana y también la fuente adicional de ingresos. Pero somos conscientes que sustituir a la minería no es a corto plazo, dado que representa el 70% de las exportaciones; siendo claros que tenemos potenciales sectores en crecimiento como el turismo y que un escenario climatológico adverso para el Perú conlleva a mirar prioridades en el abordaje del gasto público.
Otro de los temas ejes del mensaje de la nación es lo referente al conflicto político enraizado en el país donde la credibilidad de los políticos ha ido en decadencia y a conllevado a que el empresariado desconfié y genere un freno de la inversión privada.
De ahí que el mensaje de la nación de Dina Boluarte no solo debe ser un mensaje que convoque a las fuerzas políticas a lograr revertir la degenerada imagen de los partidos; sino acciones claras y concretas en el marco del fomento de clústeres y enrumbar hacia un país industrializado, dado que actualmente nuestras escenarios tanto políticos y económicos preocupan a los inversionistas en el Perú.
De ahí la preponderancia del desarrollo productivo y la innovación se convierten en factores claves para lograr un crecimiento sostenido en el largo plazo, produciendo efectos favorables en el empleo y valor agregado de la economía, siendo prioritario que los actores públicos y privados involucrados en el desarrollo de la productividad y el impulso de la innovación; realicen esfuerzos y creen sinergias entre ellos que permitan alinearse a los objetivos requeridos para el logro de la competitividad del país, junto al trabajo conjunto de la academia y de cada peruano, creando conciencia de la importancia de ser cada vez más productivos y la inversión en investigación y desarrollo (I&D), nos permitirá generar un crecimiento futuro sustentando en el conocimiento para las generaciones venideras y lograr mejores expectativas a los agentes económicos.
Referencias:
El autor es Economista, Docente, Consultor e Investigador de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.
Comentarios