El cambio del modelo económico peruano: Falacia o la gran transformación
Abordar el tema económico para los candidatos presidenciales en el Perú los ha posicionado en la continuidad de los supuestos del modelo económico neoliberal que toma ejes las variables de crecimiento económico e inflación, generando una pugna de décadas entre la izquierda y la derecha.
En la actual escenario con la mayor crisis global con la pandemia del COVID-19, donde la economía peruana del capitalismo para algunos políticos los supuestos del modelo neoliberal, donde prima la privado sobre lo público habría tocado fondo el cambio de paradigma de los años 1990, tras la caída del producto bruto interno (PBI) en 11,1%, siendo su mayor caída en el segundo trimestre, explicado por las medidas restrictivas que contrajo la inversión privada (-16,5%), inversión pública (-17,7%), consumo privado (-8,7%) y las exportaciones (-20%), producto del efecto pandemia. Desnudando de esta forma las brechas sociales que se convierte en el factor crítico del modelo económico peruano por las deficientes reformas estructurales en términos de salud, educación, informalidad, mercado laboral, tributario, justicia, gestión pública, política, salud; entre otras brechas más marcadas con la Pandemia del COVID 19 que no han permitido alcanzar la producción potencial de la economía peruana a través de la productividad total de los factores, necesitando que los candidatos presidenciales pongan en su agenda de gobierno el uso de las denominadas “reformas de cuarta generación” siendo las nuevas estrategias que requieren los países de América Latina y El Caribe.
El contexto anteriormente descrito conlleva a diversas reflexiones en torno al modelo económico peruano y el enfoque de política económica, donde la corrupción asociada con los incentivos de grandes empresas como Odebrecht y las series de casos que ha desvirtuado la institucionalidad en el Perú, trajo consigo opacar a la estrella brillante de la economía peruana en términos económicos. Pues juzgar el axioma del modelo económico que después de 1990 la reforma estructural económica peruana conllevo al Estado de Derecho, la libertad y la democracia; además del rol de la empresa privada como motor del desarrollo, el papel fundamental del mercado como eje rector en la asignación de recursos; la apertura comercial, entre otras reformas, fueron básicas para el éxito económico obtenidos en los últimos años y medidos por el producto bruto interno, todo ello basado en una filosofía de la doctrina neoliberal y sus recetas.
Es importante mirar que la evidencia empírica según el Banco Mundial el PBI per cápita peruano paso de 5,300 dólares en 1990 a 12,782 dólares en el año 2018, en el mencionado periodo 1990-2018 la economía peruana ha crecido a una tasa anual de 3.0%, que ha conllevado a poner los ojos de los grandes inversionistas en la economía peruana, que, a pesar de los errores reflejados en los problemas de corrupción, ineficiencias institucionales y las pendientes reformas estructurales claves tanto para aumentar la productividad, reducir la informalidad y cerrar las brechas marcadas de infraestructura y generar una sociedad equilibrada, siendo necesarias para impulsar el sector productivo del país, reducir los costos logísticos e impulsar los índices de producción, así como la diversificación de la matriz productiva de la economía peruana, actualmente sostenida su crecimiento por la mejora en el precio de los commodities, que contribuye en un poco más al 50% del PBI, siendo los términos de intercambio reflejados en una balanza comercial positiva conlleva a un mejor desempeño económico. Se puede indicar que para el peruano promedio se han acertado en el modelo y la política económica peruana.
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