El incremento de la RMV debe sustentarse en productividad
El último incremento de la remuneración mínima vital (RMV) se dio con el presidente Ollanta Humala a través del decreto N°005-2016; publicó el incremento en 100 nuevos soles a la Remuneración Mínima Vital (RMV); ubicándola en S/.850 soles para el trabajador del sector privado que labora en horario de oficina; y para el trabajador que labora en horario nocturno la remuneración se ve incrementada en un 35% y para el trabajador agrario pasaría de S/.29,27 a S/.33.17 soles.
Siendo Perú uno de los países con más baja RMV en Latinoamérica, ubicándose en US$ 263 dólares, por debajo del costo de la canasta básica familiar que según el Instituto de Estadística e Informática (INEI) tiene un precio de US$ 410 dólares, mientras que el sueldo promedio en Lima Metropolitana asciende a U$$ 511. Comparado con Chile que registra un salario mínimo de US$413 dólares, superando su canasta básica de US$ 228 dólares, mientras que Argentina el segundo país con Latinoamérica con mayor salario mínimo de US$ 513 dólares y Brazil ha fijado un salario mínimo de US$ 295 dólares con un costo de su canasta básica de US$ 134 dólares.
Si bien es cierto el Perú tiene la RMV por debajo de la canasta básica familiar, en el actual contexto económico peruano cerca del 44% de la Población Económicamente Activa se encuentra en la informalidad, que vienen registrando salarios iguales o menores a 850 soles; adicionalmente que según FMI la economía peruana logrará un crecimiento del 3% del PBI para el 2018, lo que implica que 300 mil jóvenes de la Población Económicamente Activa (PEA) no encontrarán un empleo docente, la tasa de pobreza se estancará y que millones de peruanos ya sufren los estragos de un incremento de los precios (inflación), además del impacto económico generado por las últimas inundaciones registradas, principalmente en Tumbes, Piura, Trujillo y Lambayeque, donde la producción cayó en 13%, se han perdido miles de hectáreas de cultivos, derrumbes de viviendas y colapsos de los sistemas de alcantarillado, que afectan a la dinámica del crecimiento económico.
Después del año 2009, donde el crecimiento económico se desplomo, por el contexto internacional que, debido al freno al financiamiento, caída abrupta del comercio internacional y materias primas, devaluaciones, caída del empleo, fuga de capital y otros efectos. Complicado el contexto que no logró incrementar la remuneración mínima vital (RMV) a S/. 900 soles, como lo anunció en Enero 2017 el Ministro Alfredo Thorne; si es que se lograba un crecimiento de 4,8% y una tasa de inflación del 3%; pues ello indica que el incremento dependerá de dos criterios, tanto de la inflación como de la productividad.
Jaramillo 2012 (1) en su investigación y estimación econométrica concluye como un inadecuado instrumento de política para promover la inclusión es el incremento de la RMV; pues recordemos que cerca del 70% de la población económicamente activa (PEA) peruana es informal; siendo el efecto más destacada lo que en economía denominamos efecto sustitución; es decir ante el mayor costo del factor capital humano, las empresas requerirán una mayor tecnificación en sus trabajadores que se verían reflejados en sus índices de productividad; es decir a mayor salario mayor productividad. Generando un mayor traslado de la PEA hacia la informalidad. Siendo los beneficiados los que obtienen como ingreso por encima de la RMV; empeorando la distribución equitativa y generando un impacto social.
El análisis econométrico que obtiene Jaramillo señala que no hay cambios sobre la probabilidad de mantener el trabajo para quienes obtienen como ingreso alrededor del salario mínimo; pero si hay un efecto positivo sobre los asalariados informales que ganan menos del 20% por encima de la RMV.
Para Gonzales 2015 (2) el caso peruano es particular de cada 100 trabajadores 80 son informales y 20 son formales; por lo cual indicó que el efecto del incremento entre un 8 y 10% del salario mínimo no generaría efectos negativos.
La mayoría de ellos se encuentran en el sector textil y en el agro. Y solo un 5% corresponde a la planilla de Pymes; debiendo el aumento reajuste en función a la inflación y el aumento de la productividad. La inflación de estos años que han pasado desde el último aumento es 5%, entonces el sueldo mínimo sube 5% para devolverle poder adquisitivo perdido. Además, el aumento de la productividad es 3%, entonces en total debería subir 8% para no provocar daño.
Concluyendo que en el actual contexto económico no se recomienda el incremento de la RMV, dado que no se encuentra sustentado en la productividad y mucho menos el incremento de las tasas de incremento de formalidad, bordeando actualmente un 70% de la PEA es informal, perjudicando el incremento a dicha PEA informal y beneficiando solo al 1% de la PEA que se encuentra formal, las investigaciones muestran que los efectos negativos que trae consigo dichas medidas sopesan a los positivos para la salud económica y financiera de nuestra economía y el bienestar de las familias peruanas y de los emprendedores y Mypes que buscan un mayor dinamismo que se refleje en su calidad de vida y no en costos irracionales que les generan una mayor carga económica y financiera sin lograr la tan ansiada inclusión, Siendo la clave formular políticas públicas que reformulen la cultura de la formalidad hacia que el segmento informal entienda que significa eficiencia, justicia y las normas sociales; así como la inclusión a través de un sistema pensionable eficiente y eficaz y sostenible. Yefferson LLonto Caicedo (3)
Referencias:
(1) Investigador del Grupo para el Análisis del Desarrollo (GRADE)
(2) Economista de la Universidad del Pacífico y político peruano
(3) Economista de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, egresado de la Maestría en Ciencias con Mención en Proyectos de Inversión de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.
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