Enfermedades cronicas en el peru e intervenciones en el marco i+d+i
El COVID-19, ha zanjado un antes y un después, aunque como circunstancia de dolor mundial, también implica una oportunidad para la innovación potencial de las sociedades médicas y salubristas, en lo que a actuación se refiere.
Es que el virus llego y se instala definitivamente entre la población y no será el único, donde la exposición a este u otro, o a alguna nueva bacteria ahora será pan de cada día, dejando rastros inminentes de complicaciones que seguramente formaran parte de la cronicidad, induciendo al aumento de casos principalmente entre población ajena a hábitos de vida saludables, aquejando a priori a los pobres.
Vemos en el cuadro inicial el incremento de las enfermedades crónicas en el área rural, pero mayor en la urbana. Es sabido que las áreas urbanas vienen sufriendo en las últimas décadas el fenómeno migratorio, presentando también una población pobre y por ende sujetas a presentar alguna enfermedad, tanto aguda como crónica sumada a circunstancias sociopolíticas actuales ya difíciles.
Entonces, referencias de un nuevo comportamiento epidemiológico nos sobran para proponer políticas de salud razonadas y de innovación, las que se comportarían como contención al avance de una nueva pandemia de cronicidad, con la obviedad del desgaste emocional y físico para la persona que lo padece y su familia.
En este escenario de la novedad, sería interesante que las intervenciones de salud pública consideren el contexto y la heterogeneidad de las poblaciones. Por ejemplo, evitar la infección por COVID-19, es un objetivo principal del gobierno, no obstante, cada Gobierno Regional está interviniendo con diversas estrategias para que la población acuda a vacunarse a fin de proteger a su población del ámbito se su intervención. Tacna es un departamento cuya cobertura ya bordea al 50% de su población y será un modelo a seguir. En la misma lógica, el objetivo nacional de salud pública en lo que a prevención de enfermedades crónicas se refiere, debe dejar espacios para la libre intervención en cada ámbito regional, plausibles a la innovación del contexto.
Post COVID necesitamos como imperativo la aplicación de I+D+I, (Investigación+Desarrollo+ Innovación), dado que el desastre de salud/enfermedad/cronicidad por la presencia del virus, nos alerta que sin esta regla estaremos lejos de tener un mejor abordaje de la salud.
Ejemplos de I+D+I en el contexto del COVID-19, se muestran el mundo, y particularmente en nuestro país, las experiencias exitosas poco se han difundido, tan solo podemos informarnos sobre ellas en la página web de la Mancomunidad Regional de los Andes, lamentablemente no socializada por el gobierno, el nacimiento de la vacuna peruana otra innovación sin apoyo político; desarrollo de equipos de oxigenación de alto flujo como el Wayrachi, que viene evitando en decenas de pacientes afectados por el COVID-19, la necesidad de una cama UCI, entre otras innovaciones importantes en nuestro Peru, oportunidades perdidas que más bien dan lugar a lo más doloroso del COVID-19, cuya repercusión en la salud pública incidirá en la cronicidad de enfermedades emergentes.
Tenemos las capacidades suficientes y necesarias para abordar una salud pública bastante afirmada y no solamente para contener el avance de las enfermedades crónicas, es que solo falta voluntad política, porque voluntad propia y de la sociedad civil no falta, menos la capacidad de innovación peruana y apoyo a la necesidad de la salud.
La cronicidad cuesta cara, no solo para el paciente sino también encarece los servicios de salud, y seguramente incrementando aún más el gasto de bolsillo de la población. Amartia Sen, nos dice que ¨la salud es libertad¨, en la medida del acceso a un servicio de salud con todas las prerrogativas de la oferta, y para nuestro caso bien puede sustentarse con la capacidad peruana ya demostrada.
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