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Yaneth Arteta / Inequidad y desigualdad de la vacunación (1 de 2)

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La inequidad y la desigualdad en el mundo de la vacunación COVID-19

Por donde quiera que veamos, la necesidad imperiosa de contar con una vacuna para evitar la infección y la muerte por el COVID-19, no necesariamente se ha erigido con una mirada de equidad ni de igualdad, menos desde las más altas esferas de poder en el mundo, y eso no es nuevo. Especialmente la Salud y educación confrontan inmensas brechas de acceso, entre los países menos desarrollados con los ricos. En cuanto a la salud, especialmente a la vacuna anti COVID-19 se refiere:


Según la OMS, 10 países más ricos se quedan con el 75% de las vacunas, debido a que la mayoría de los fabricantes han dado prioridad a la aprobación reglamentaria en los países ricos, INEQUIDAD y DESIGUALDAD cantada y explicita por la historia sanitaria en el mundo. ¿Teníamos que esperar otro resultado? Sentidamente, ¡No!


Por otro lado, el acceso equitativo ante las migajas de vacunas que nos corresponde a los países con un poco menos de desarrollo y los más pobres, se agrava por ciertos comportamientos inexcusables de quienes logran acceder a la vacunación ¨antes de¨, y lamentablemente no estamos solos en este camino, donde otros países de la región han caminado hacia la vacunación antes de tiempo:


1. Argentina: 10 funcionarios, allegados y una larga lista de vacunados (con el tiempo conoceremos las cifras reales o cercanas).

2. Chile: 37,000 personas.

3. Perú: 480 personas.

4. Ecuador: vacunación en centro geriátrico (familiar de ministro de salud), administrativos de la seguridad social, no en primera línea.

5. Brasil: inoculan a ancianos ¨vacunas del aire¨, posiblemente por desvíos de dosis o cualquier otra irregularidad (noticia por confirmar Policía civil de Rio de Janeiro).

6. España Murcia: 400 vacunados no priorizados.

7. Y conoceremos otros más.


Seguramente con el pasar de los días explotarán las largas listas de personas inoculadas con una de las vacunas no solo en nuestro país, también en otros del mundo. La excusa general para la vacunación anticipada es en todos los ámbitos, por lo menos entre los países mencionados recae en el riesgo, y claro la condición subyacente de ello es el miedo, el terror, el pánico a la infección y la muerte, sentimientos perfectamente humanos y naturales desde las más altas esferas de poder y de millones de personas en el mundo.


La diferencia para el acceso a la vacuna se encuentra en el ámbito del ¨poder¨, como un vehículo que se usa para determinar la vida y la muerte. Para el caso de los países ricos, no importa los pobres, cuya lógica se vuelca en el caso de la vacunación anticipada, donde el poder personal (político, social, empresarial u otros) arremete contra el común de la población.


Lamentablemente en nuestro país con altos índices de corrupción, ¿teníamos que esperar otro comportamiento, a pesar de las diarias centenas de muertos? Confiábamos que sí, pero fue otra la realidad. No se salvaron del egoísmo ni de la mezquindad, ni políticos, ni funcionarios, ni científicos, y otros cuya defensa de la vida parecía su bien mas preciado.


El COVID-19 nos ha cercado y está causando estragos sin precedentes entre la población, si hablamos de edades, las estadísticas señalan que el grupo de mayor edad son los que poco resisten a la infección y peor si tienen comorbilidad, angustiantemente son personas de posibilidades más estrechas a la vida y más amplia a la muerte, mientras que los intermedios o adultos jóvenes mantienen la oportunidad digamos balanceadas entre morir y vivir y posiblemente más a la vida; en tanto que los de menos edad se encuentran en la más amplia probabilidad de vivir en el contexto de riesgo del COVID-19.


Pues, hablemos de la elite del poder político que en su mayoría son los adultos más allá de los 50 años, básicamente los que han tenido cargos importantes en la esfera del gobierno, que seguramente no son ajenos a los sentimientos de miedo y angustia ante la presencia de la letalidad del virus. Así, distribuimos su investidura de poder más algún sentimiento que naturalmente los afecta como a cualquier mortal:


• Poder + miedo + inseguridad = acción irracional (sin medir consecuencias).

• Poder + valentía + seguridad = acción por deber (la necesidad de una acción por respeto a la ley. Kant).


Parte de la elite del gobierno, recibieron la vacuna anti COVID unos antes que otros. Algunos vencidos por el miedo y la inseguridad usaron el poder como medio de más fácil acceso al fármaco, los otros pese al miedo y aun teniendo poder extendieron su valentía y seguridad hasta que también la angustia de contagiarse y morir los sucumbió a recibir la vacuna, y en todos los casos termino en una acción irracional que no les permitió medir las consecuencias principalmente sociales (mortalidad) y por ende políticas. Aunque meritoriamente un grupo más grande de autoridades, investidos con el poder conferido por su cargo, mantienen aún la valentía de estar en la cola para acceder a la vacuna, así como millones de peruanos, pero con el miedo a cuestas.


Pues este escenario de acciones irracionales, ha ocasionado desde varios sectores políticos y sociales, la lapidación y la hoguera a esta elite de vacunados ¨antes de¨, hoy tema crucial de la atención general. Pero veamos quien tira la primera piedra.


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