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Víctor Castañeda / Aprendo en casa, desafío de Educación en Perú (1 de 2)


Desarrollo económico sin educación


Treinta años de crecimiento económico no han sido suficientes para crear una sola región autosostenible en el Perú, la productividad tampoco mejoró en el largo plazo. Es decir, un trabajador en EE.UU. es más productivo que un trabajador peruano, dicho en otras palabras, no es que los peruanos trabajemos menos, sino que, a lo largo del tiempo, hemos creado puestos de trabajo de poco valor agregado o que generan poco, derivado de problemas estructurales, como: incapacidad para atraer inversión de alto valor añadido, falta de competencia, carencia de infraestructura, poca inversión en investigación desarrollo e innovación, insuficiente soporte al emprendimiento, y obviamente una educación no orientada a superar la calidad de nuestros ciudadanos.


Cambiar esto, necesita de ese pilar imprescindible para la modernización de un país llamado “educación”. No obstante, el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) nos hace ver la realidad diciendo: Perú cuenta solo con 30% de infraestructura educativa adecuada, está creciendo cada vez menos y sus proyectos de acceso a internet se están tardando en llegar. En medio de esta crisis y pandemia por COVID-19, la política del gobierno busca armar un proyecto propio, mirando corregir estas deficiencias desde la precariedad del mundo rural y urbano, con una educación inclusiva, multicultural y altamente tecnificada.

La ventaja es que en unos meses más, cuando COVID-19 nos deje, percibamos esta sociedad premoderna como chatarra, y ubiquemos a la educación llamada ahora “no presencial”, como un instrumento facilitador de la escuela y el acceso al conocimiento en el Perú. Apremia estar seguros que los profesores se estén capacitando en COVID-19, pues la escuela actuará como promotora de la salud y telesalud escolar, verificando que exista esta competencia en sus docentes, para una vez que regresen a la escuela, no solo se encarguen de reajustar la calendarización escolar.


En un momento como este, las clases y contenidos son un punto y aparte, pues es trascendental cuidar la salud de la niñez invocando los afectos de los padres y tutores, haciendo que se sientan protegidos por la familia, aprendiendo a discutir, llegar a consensos y respetar. La familia, es algo en lo que hemos estado fallado como sociedad, por lo que se necesita impulsar el afecto y cuidado entre sus miembros. Es muy importante hablarle al niño en casa, y esta es una gran oportunidad para reaprender a vivir en familia y elevar su autoestima.


Respecto al acceso no presencial la gran mayoría de estudiantes por lo general, utilizan diversos medios para informarse, ya sea a través del celular, radio o televisor; exceptuando zonas supramarginales que no tienen nada, y es ahí donde habrá que concentrar mayores esfuerzos para obtener resultados. De hecho, en estos primeros meses, no se deberá ver quienes están participando, o evaluar cómo lo están haciendo, sino de usar la plataforma APRENDO EN CASA como un espacio para que los niños puedan ocupar parte de su tiempo, abocándose a mirar temas como los de salud y ciudadanía, pues a medida que retornen a la escuela de manera presencial, se trabaje en conjunto con los estudiantes que no tuvieron acceso a recursos tecnológicos a través de proyectos colaborativos.


La realidad rural como centro del Problema


Se sabe que el 70% de docentes en zonas rurales son contratados, y que muchos directores permanecen en sus escuelas hasta 11 meses. Aun así, ambos actores están haciendo el esfuerzo por organizarse como grupo. Debido a esto, el próximo año MINEDU deberá tomar algunas políticas para el nombramiento de docentes específicamente en la ruralidad, y poderlos vincular a la comunidad local que pertenecen, cuidando que no estén cambiando de institución educativa. Las zonas rurales son aquellas que menos acceso tienen a los recursos tecnológicos de la educación, lo que debe superarse pronto, y son los docentes nombrados su voz cuando requieren de estos insumos.


No obstante, este inicio del año escolar es muy diferente a todos los años anteriores, y más que estar marcado por lo estrictamente pedagógico, corresponde en estas circunstancias, generar compañerismo y unidad en la escuela. No va a ser fácil volver a enviar a sus hijos a estudiar, sabiendo que hay una posibilidad de contagio. Por lo que se debe generar un clima de confianza en torno a esta emergencia diseñando cursos como: organización de la escuela, sistemas de salud en la escuela, organización y producción de alimentos para la escuela (biohuertos o pequeñas granjas), convivencia escolar (generar espacios por la emergencia) y ciencia de la computación. Un punto importante es que el sector rural tiene una serie de radios regionales y provinciales que brindarán soporte formativo a la plataforma APRENDO EN CASA, esto en co-alianza entre el MINEDU y MTC, este último regulador de la radiodifusión, pero también responsable de que la red crezca.


En otros contextos, donde no haya estas redes de comunicación (internet, radio y tv) no debemos perder la calma, pues como el enfoque de APRENDO EN CASA, tiene contenidos sobre la salud y ciudadanía, se debe buscar llevarlos a la realidad del hogar, es decir, hacer entender a los padres y responsables del hogar que se puede comenzar con los temas mencionados. Otro es el caso que podría darse cuando papá, mamá o persona responsable vayan a aprender juntos cómo manejar las tecnologías con sus hijos, explorando los conceptos de ciudadanía, lo cual sería muy fácil empezando por hacer que participen y respeten ciertas reglas en el hogar, como el horario y tiempo de atención.


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