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Victor Vásquez

Victor Vásquez / Perú entre dos fuegos (4 de 7)

El Perú y su democracia entre dos fuegos

corrupción e impunidad


4. DEMOCRACIA ES JUSTICIA Y NUNCA IMPUNIDAD

El común de los mortales peruanos, - léase los de los sectores populares – perciben que la justicia no se aplica de igual forma para todos. Perciben que si te robas una gallina te vas preso, y si te robas toda la granja, no pasa nada. Se comenta por plazas y pasajes que, si se tiene plata, existen ofertas que permiten comprar el actuar de la policía, la opinión fiscal y la decisión del juez. Que el Ministerio Público, y el poder Judicial, dejaron de ser la casa del jabonero, para convertirse en una especie de mercado persa.

Somos un país, que posee normas legales como cancha, que permite tener muchos resquicios por donde burlar a la justicia. Hasta normas sin reglamento, tenemos en nuestro sistema legal y administrativo. El aparato burocrático pesado del Ministerio Público y del Poder Judicial, le concede muchas ventajas a los procesados y si la impunidad no es mayor, es gracias al papel que juega un sector de la prensa9, que coloca en evidencia una serie de actos delictivos.

Van varias décadas, de persecución a la corrupción, lo básico que se esperaría, es que se vea reflejada en una disminución de la curva de la corrupción, pero no es así, por el contrario, su tendencia es ascendente. Lo que nos lleva a pensar, que si la cura, no es efectiva, es porque algo continúa fallando, y sin duda puede concluirse que es el sistema de justicia11 el que necesita ser reparado y con urgencia.

La impunidad, que favorece a autoridades corruptas, a ladrones y estafadores de saco y corbata, a delincuentes comunes, a violadores, abona a favor de convertir al país en una tierra de nadie, y a actitudes como la de hacerse justicia con sus propias manos son hechos que se sucedieron con frecuencia en las sociedades primitivas pero que, en pleno siglo 21 empiezan a tomar vigencia, lo que constituye todo un peligro, para el normal desenvolvimiento de la sociedad y el Estado de Derecho.

Un sistema democrático, tiene como su bastión principal de existencia, la aplicación de la justicia para todos. La impunidad, por ende, es contraria a este elemental principio democrático que norma la convivencia pacífica.

5. EL ACTUAR DE LAS DERECHAS E IZQUIERDAS EN NOMBRE DE LA DEMOCRACIA

Parafraseando una canción, diremos que “parece que fue ayer”, cuando los de izquierda se auto proclamaban ser, la reserva moral en este país. Se atrevían a decir que eran químicamente puros y nacidos defensores de la democracia.

Pues bien, señores, el tiempo se encargó de demostrarnos todo lo contrario, tanto los de izquierda como los de derecha son intolerantes, frente a las ideas y opiniones de los demás. Unos y otros, buscan copar las instancias del Estado, para bien propio y siempre con el san Benito, que lo hacen en aras de la democracia, gobernabilidad y lucha contra la corrupción y la tan falsa “igualdad”.

La izquierda es parte activa de este sistema democrático imperfecto, débil, como quieran llamarlo, desde el 2001. Y cuando se siente circunstancialmente en desventaja, propone el cambio, por no decir la destrucción del mismo, para reemplazarlo por uno más inclusivo, un sistema comunista es su propuesta, sin duda alguna.

Los de izquierda, en su práctica de manipulación de masas, repiten que: “la voz de Dios, es la voz del pueblo” lo que los lleva a sostener que los acuerdos que toma la masa, aún sin criterio técnico y con manoseado estado de ánimo, son irrefutables y perecederos por tiempo indefinido12, lo que lleva a cometer excesos.

El problema de los sectores económicos de derecha, es que nunca fueron capaces de presentarse como tales a las elecciones, siempre les delegaron su representación a organizaciones políticas a fines o voceros de sus intereses. Porque sin duda, sería interesante que los varones de las minas, de las industrias, del comercio, la construcción y la pesca, defiendan directamente sus intereses y que son válidos y no les encarguen a otros. La ley no les impide, pero hacerlo es asumir responsabilidad directa, en un Estado de democracia.

El común denominador de la izquierda y la derecha es la utilización, de la peor forma, de los mecanismos de la democracia imperfecta, para llevar agua para sus molinos. Lo de la izquierda resulta más escandaloso, porque se irrogan el derecho de la defensa de los intereses de las mayorías, y aseguran que sus propuestas son las más convenientes, para los pobres. Se autoproclaman Democráticos que piensan y quieren decidir por los otros, sin que hayan recibido tal mandato, no lo son.

En el Congreso de la República, las representaciones de izquierda, derecha y de centro, para aprobar determinados proyectos que favorecen a determinados grupos económicos, y basándose en el voto mayoritario, y a nombre de la democracia, generan alianzas impensables que atropellan la inteligencia humana y arrasan con los valores éticos13 que toda persona digna debe proteger y respetar.

Cuando en un Estado de democracia, actúan las Fuerzas Armadas y policiales en defensa de la ciudadanía, los de izquierda no hacen más que atacar, pero cuando las fuerzas armadas y policiales arremeten con violencia desmedida en países de dictadura de Izquierda la justifican, porque a decir de ellos actúan en defensa del sistema. Siempre han tenido, doble rastrero.


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