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Victor Vásquez

Victor Vásquez / Conocer y gestionar agro (6 de 7) 

El agro: conocerlo para gestionarlo

 

 

PREVISION E INCLUSION FINANCIERA

La agricultura de las mayorías, aquella del minifundio y pequeña propiedad, siguen siendo un segmento excluido del sistema financiero formal; explorar sus razones van desde las limitaciones estructurales, referidas al tamaño y calidad de su propiedad y de sus recursos, al reducido volumen disponible para la venta y la informalidad de su propiedad, entre las de mayor relevancia. 

 

Con las características anotadas, sumadas a la escasa o reducida rentabilidad terminan constituyendo factores que hacen poco viable el desarrollo de un sistema de aseguramiento, como mecanismo de prevención frente a fenómenos adversos a los ciclos productivos; la ausencia de aseguramiento indujo al Estado a tener que implementar un mecanismo alternativo de seguro como el llamado Seguro Agropecuario Catastrófico, sistema que para los especialistas señalan tener dudosa efectividad. Según la ENA 2022 expresa que solamente el 1,3 % de los productores (29 mil) tienen contratado algún tipo de aseguramiento.

 

En cuanto a la participación de los productores en el sistema financiero se dice que casi medio millón de éstos están relacionados con el sistema financiero formal, prestatarios, donde alrededor del 15 % correspondería al Banco público (Agrobanco) y el restante 85 %, a las Cajas Rurales y Cajas Municipales de Ahorro y Crédito.  En suma, alrededor de 1,8 millones de productores están excluidos del sistema financiero formal, exclusión que termina impactando negativamente en sus futuros ingresos en tanto, para continuar con el ciclo agrícola se ven en la necesidad de agenciarse de fondos de agentes prestamistas informales, con características de usura.  La usura en el agro termina representando una de las más grandes fuentes para la descapitalización del productor agrícola (costos entre 4 a más veces más caro que un crédito formal).

 

En conclusión, además de las otras brechas, antes, comentadas, ahora se visibiliza aquella brecha asociada a la protección (seguros) y del financiamiento para lo cual desde el Estado se sigue mostrando incapacidad para encontrar soluciones, fiel reflejo de la carencia de una política de financiamiento y a seguranza; esta política deberá estar en consonancia con las características propias de territorio, línea productiva y tipología de productor.

 




UN AGRO DE MINIFUNDISTAS Y PARCELAMIENTO 

Para entender la dinámica y realidad agrícola y económica del productor agropecuario, resulta clave asociar el tamaño de la unidad agropecuaria y sus características. Según datos de la encuesta existen 1’281,972 productores que tienen unidades agropecuarias con menos de 2 ha., lo cual representa el 56.7 % de los productores agropecuarios; otros, casi 500 mil productores, tienen entre 2 a 4.9 ha, que representan el 21.9 %; finalmente casi 485 mil productores tienen entre 5 y más de 10 ha, que representan el 21.4 %. 

 

La fragmentación de la propiedad, génesis del minifundio, es una práctica común en la agricultura y que está asociada a la “repartición de la herencia” donde el titular (propietario) decide “repartir la herencia” a sus descendientes; el minifundio también es una pérdida de valor del activo principal. Es una gran limitante que va en sentido contrario a las eficiencias productivas y económicas, tan necesarias para mejorar la productividad y rentabilidad.

 




A la predominancia del minifundio y la pequeña propiedad, que por si son restricciones para desarrollar una eficiente agricultura, se tiene que sumar otra restricción que es la parcelación de la unidad agropecuaria, entiéndase como la división en lotes (parcelas) y que muchas veces se encuentran distanciadas entre sí.  El 40,3 % de las unidades agropecuarias existentes registran entre 3 a 9 parcelas; esta realidad, por ejemplo, hace difícil y de altos costos la implementación de modernos sistemas tecnificados de riego, como el riego por goteo.

 



Finalmente, la realidad muestra que, ante la falta de un real mercado de tierras y de una política de Estado que, detenga y revierta el acelerado proceso del minifundio, el agro de las mayorías está condenado a seguir transitando en procesos productivos nada competitivos y consecuentemente, ahondando su improductividad (vulnerabilidad alimentaria, pobreza y migración).

 


 

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