El agro: conocerlo para gestionarlo
MUJERES PROTAGONISTAS, PERO SIGUEN INVISIBLES
Según resultados de la ENA, el 33.4 % de productores agrarios son mujeres y el 66.6% son hombres. Según el Gráfico 2, la población de productoras agropecuaria para el periodo 2014-2022, se ha incrementado en 4.4%; sucediendo el caso inverso en el caso de hombres donde podemos apreciar un descenso de 4.4%, para el mismo periodo. Este evento relevante, no considerado en las políticas y programas agropecuarios, refleja el constante flujo migratorio por parte del productor agropecuario, motivado seguramente por los escasos ingresos económicos que percibe. Esta problemática se ve reflejada en la creciente participación de la mujer en la conducción de la unidad agropecuaria que, a pesar de ésta dinámica, siguen ausentes en los programas públicos de mejoramiento de capacidades impactando en las productividades físicas y económicas agrícolas.
Un grave error y recurrente en la mirada del Estado para con las mujeres agropecuarias (conductoras) es considerarlas beneficiarias de actividades asociadas a la crianza de animales menores o articuladas a ferias locales o agroindustria primaria (nectáreas, dulces, etc.) de reducidos volúmenes de oferta. Esta concepción termina siendo efectista en términos de asistencialismo y clientelaje político más nunca para extraerlos de la pobreza.
DISCAPACIDAD QUE AFECTA AL PRODUCTOR
La discapacidad en el Sector Agropecuario, según datos de la ENA (2022), afecta aproximadamente a un total de 238 mil productores agropecuarios, número que equivale al 10.5 % del total de productores agropecuarios.
La discapacidad, para un productor agropecuario, termina impactando de manera adversa en el desarrollo de su principal fuente de ingresos, la misma que requiere de esfuerzo físico y de interacción con otras personas para comprar/vender sus insumos y productos y, adquirir nuevos conocimientos, sobre tecnología, productividad, etc.
Dando una mirada a los productores agropecuarios según el tipo de dificultades que adolecen se puede afirmar que, son algo de 238 mil productores que desarrollan sus quehaceres agropecuarios en marcada desventaja y, totalmente excluidos de todo programa público que “eficientemente” dicen implementar para mejorar la rentabilidad, competitividad y elevar sus ingresos; para estos peruanos (los discapacitados), estos programas solo representan justificaciones para la continuidad de una burocracia gubernativa indolente y alejada de la realidad.
Por citar algunos ejemplos ¿alguna vez se ha visto un programa dirigido al agro con interpretes para una población con limitaciones de habla y escucha?, o desde el MIDAGRI ¿alguna vez se ha promovido material educativo para productores con discapacidad de lectoría?, o también que el Estado (MIDAGRI, MINSA) ¿alguna vez ha utilizado a las organizaciones sociales, del campo, para ejecutar intervenciones y superar las dificultades asociadas al movimiento, visión y escucha de los discapacitados agrarios?
Estas últimas interrogantes deberían hacer reflexionar y llamar la atención y recordar que, desde el Estado, se implementan normas, leyes y se gasta mucho dinero en nombre de las PCD, cuyos resultados sólo reflejan desatención y olvido, haciendo más indigna la vida de casi 300 mil peruanos que, a pesar de su discapacidad, seguramente hoy están cultivando sus campos para que más tarde nosotros disfrutemos de los alimentos que producen.
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