Saúl Barrera / La historia para adelante
- Análisis Efectivo
- 24 oct 2021
- 2 Min. de lectura

Año 1990. Cursaba el 2do año de Derecho en la UPSMP. Ese año tocaba llevar el curso de Pensamiento Político Peruano con el profesor Lucas Lavado. Sus clases eran retadoras y entrañables. Te invitaban a la reflexión profunda sobre la realidad política, social y económica del país. Y en un año (1990) donde la reflexión escaseaba. Y reinaba por el contrario el caos, la frustración, la desorientación y la rabia.
Una de las tareas que nos encomendó el profesor Lavado fue leer el libro “En qué momento se jodió el Perú” de la editorial Milla Batres. El libro era una compilación de ensayos de diversos intelectuales peruanos (Lumbreras, Washington Delgado, Manuel Burga, Luis Felipe Alarco, Denis Sulmont, entre otros), a quienes Milla Batres les solicitaba compartir sus reflexiones para explicar el por qué nuestro país había llegado a la situación en que se encontraba a inicios de los 90, en un escenario de debacle.
Varias de las reflexiones coincidían en la llegada de los españoles a nuestras tierras como la causa, cortándose un proceso autóctono; y, los constantes fracasos posteriores por retomarlo en la etapa republicana. Sin embargo, me llamó la atención lo escrito por Javier Pulgar Vidal. Él afirmaba que como peruano no podía renegar de sus ancestros andinos y españoles. Que somos resultado de ambos mundos.
Se alejaba así de un discurso dominante y se arropaba en otro que buscaba la solidaridad y una identidad que reconozca sus orígenes: Somos un país mestizo, que continuamente se va enriqueciendo con nuevos aportes. Tenemos un origen andino, pero también hispano. Al final, Javier Pulgar Vidal respondía: el Perú no está jodido. El Perú no puede joderse mientras existan voluntades que construyan un futuro de solidaridad y de bien común para todos. Todas estas ideas se abordaron en la clase del profesor Lavado con intercambio de posturas muy interesantes y que ayudaron a formarnos una opinión sobre el particular.
Esa lección en la clase del profesor Lucas Lavado siempre quedó grabada en mi memoria. Y conviene recordarla, cada 12 de octubre, fecha en la cual surgen, de un lado y otro, discursos y voces que buscan desaparecer al otro. Como nos recuerda el genial Quino a través del humor y de su personaje Miguelito, la historia hay que aprenderla para adelante.

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