Una aproximación a la posición de los gobiernos locales en el Perú. En nuestro país, el poder ejecutivo ha asumido el rol protagónico frente a la crisis ocasionada por la pandemia y si bien en el marco de la emergencia sanitaria se desprenden determinadas competencias y funciones a ser asumidas por los gobiernos locales, los principales gestos de coordinación parecen haberse dado con la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales, aunque este hecho, también tiene sus diversos bemoles cuando revisamos la relación entre el ejecutivo con diversos gobernadores regionales.
Para aproximarnos a la posición de los gobiernos locales, conviene revisar el pronunciamiento emitido la semana pasada por la AMPE, en donde se manifestaba que desde el gobierno nacional no se han mantenido niveles óptimos de coordinación con las municipalidades, así como enfatizaban que los alcaldes no habían participado en la toma de decisiones para desplegar estrategias contra el coronavirus y por lo tanto, dicha escasa coordinación del gobierno nacional con los alcaldes ha dado como resultado medidas inconsultas, impuestas, sin un apoyo técnico ni logístico. En tal sentido, solicitaban concertar a todo nivel y unir esfuerzos y realizar un trabajo coordinado entre alcaldes y el ejecutivo.
En lo referido a Lima Metropolitana, en declaraciones que el diario Gestión reproduce, recientemente el alcalde Jorge Muñoz afirmaba que las medidas de aislamiento obligatorio y distanciamiento social se han acatado con deficiencias por muchas razones, pero, sobre todo, por la insuficiente capacidad de engranaje de este plan en el espacio territorial y por lo tanto, planteaba propiciar un nuevo esfuerzo, pero esta vez con la activa participación de los gobiernos regionales y locales para contener y mitigar la pandemia. Asimismo, sugería al gobierno central propiciar "la ejecución de acciones urgentes, que activen todos los engranajes necesarios, a fin de fortalecer integralmente la respuesta conjunta entre el Ejecutivo y los distintos niveles de gobierno, pero especialmente, con los gobiernos locales (que hasta la fecha no se han tenido en cuenta para la toma de decisiones)".
Por lo tanto, frente a la justificada demanda de mayor coordinación entre el gobierno nacional y los gobiernos sub nacionales, es necesario a la vez, que desde dicho nivel de gobierno se responda con altura a la responsabilidad que ello exige; ya que gran parte de la ciudadanía tampoco está satisfecha con el papel que muchas de las municipalidades vienen desempeñando.
Recordemos que específicamente en lo referido a la adquisición y distribución de canastas familiares, la Contraloría indicaba que, hasta el 26 de abril, un tercio de las canastas aún no habían sido entregadas por los municipios y más de mil servidores públicos en actividad fueron beneficiados, en desmedro de las familias más vulnerables.
En conclusión:
Cuando nos encontramos a puertas de una nueva fase post confinamiento, es indispensable la “construcción conjunta” de una agenda que permita afrontar la manifestación de la crisis sanitaria, en crisis económica, social y ambiental. Si bien se requiere también establecer alianzas con la sociedad civil, la academia, el sector privado y la cooperación, es sumamente fundamental la articulación sinérgica entre los tres niveles de gobierno.
Entre los diversos retos que se deben enfrentar se encuentran la implementación de un nuevo modelo de transporte público, un nuevo modelo de mercados o centros de abasto, proveer agua potable, gestionar la limpieza pública y los residuos sólidos, gestionar los espacios públicos, impulsar la promoción del desarrollo económico local, gestionar la inseguridad alimentaria, gestionar la inseguridad ciudadana y ofrecer soporte social a la población más vulnerable. Todos ellos requieren ser abordados desde una perspectiva territorial y, por lo tanto, exigen principalmente -más no únicamente - la responsabilidad de los gobiernos locales.
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