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Ronald Ancajima / Tambomachay: un templo al agua

Actualizado: 29 feb 2020


Son impresionantes las evidencias físicas que nos dejaron nuestros ancestros, aspecto que nos recalcó un arqueólogo Colombiano cuando visitamos uno de sus museos, él nos señaló lo siguiente: “…ustedes en Perú tienen la evidencia física de su extraordinario pasado, por las construcciones en piedra que les dejaron, producto del clima donde se desarrollaron, por el contrario, nosotros, no tenemos muchas de esas evidencias, al tener un clima tropical nuestras construcciones fueron de madera o guadua (una especie forestal similar a la caña bambú o guayaquil)…les tengo una envidia sana“


Cuánta razón tiene este amigo.


Vamos a compartir en esta oportunidad sobre Tambomachay. Este complejo se ubica a escasos 8 km de la ciudad del Cusco y forma parte del Parque Arqueológico de Sacsayhuaman, lo encontramos sobre los 3,700 msnm por encima del Cusco (3,470 msnm).


Al llegar a Tambomachay nos recibe una plantación de queñual, noble árbol, de esta parte de país quien con su suave corteza ayuda en los ascensos, cuando se requiere, tal como lo experimenté cuando viajábamos rumbo a la parte alta de Sacsayhuaman; aparte de propiedades curativas que se le atribuye por ejemplo como tratamiento en la diabetes (se usa su corteza).


Ingresamos y ya nos impresionamos con la presencia de un muro, el mismo que no ha sido intervenido en los procesos de reconstrucción y se mantiene intacto, tal como lo dejaron los incas. Al final de este hermoso e imponente muro inca se ubica una paqcha o fuente de agua, que de manera permanente vierte sus aguas en señal de saludo de las personas que lo visitamos.


Luego de admirar esta hermosa fuente de agua y pensar ¿con qué fin construyeron nuestros abuelos semejantes estructuras? seguimos nuestro camino, rumbo a la paqcha sagrada o lugar ceremonial de Tambomachay.


Ingresando a la parte donde se ubica la parte ceremonial encontramos un pequeño riachuelo, en su margen izquierda se ubica la fuente ceremonial y en la parte derecha una construcción, a manera de torre de vigilancia, que nuestra guía nos explica es un ushnu, que es una construcción en forma de pirámide con fines ceremoniales, desde donde el Inka o Sacerdote dirigía la ceremonia o festividad que ahí se realizaba. Esta es una señal de la importancia religiosa que tuvo este lugar.


Este ushnu es una conformación rocosa, que en su base han construido un conjunto de tres andenerías. Encima de la conformación rocosa, construyeron un muro con piedra con la idea de confinar el lugar y darle la prestancia que esa huaca tiene.


Al frente de este ushnu, en la margen derecha del riachuelo, apreciamos el hermoso Templo al Agua que representa Tambomachay, simplemente la descripción literal que podamos hacer de este mágico lugar siempre quedará corta, y probablemente, no capte en su integridad el mensaje que nos envían nuestros antepasados.


Apreciamos un conjunto de tres sistemas de andenes, en el segundo anden, se ubica el canal de derivación de las aguas, que indican provienen de un manantial, que vierte sus aguas en una sola caída, para entregar sus aguas en una poza, que vierte luego sus aguas en dos hermosos chorros a una poza de captación. Cuenta la leyenda que a este lugar venia el Inca Yupanqui a cazar, energizarse y tomar estas aguas que, según nuestra guía, tenía el poder de la eterna juventud. Claro que nosotros tomamos una botella generosa de este mágico lugar y llevamos al Cusco para hacerlo en el transcurso de los días que estuvimos haciendo este recorrido. Encima de estos hermosos chorros apreciamos un conjunto de cuatro (04) hornacinas, lugar de ofrenda que señala una vez más lo sagrado del lugar y probablemente la importancia ceremonial de este recinto.


En la parte derecha de este hermoso Templo al Agua, apreciamos dos hornacinas de un tamaño promedio de 2 m, es seguro el lugar sagrado más importante de Tambomachay. La construcción de estas hornacinas revela la fineza de su construcción: bloques de piedra perfectamente tallados y con el acabado adecuado para su estabilidad, con un acabado almohadillado que se presenta en recintos importantes, como el Qoricancha.


Las personas que visitan Tambomachay le dedican en promedio unos quince minutos, tiempo que les deja por lo general el guía contratado. Nosotros, como es obvio, le dedicamos todo el tiempo necesario, y siento que nos quedamos cortos, para asimilar en su real magnitud el mensaje de nuestros abuelos. Esperábamos momentos de soledad, para escuchar el sonido del aire, la caída del agua, el canto de un ave y revivir lo que pudo ser para el Inca, Tambomachay.


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