Reconozcamos y agradezcamos a los dirigentes populares que sostienen nuestro país.
A los que hicieron tanto durante la pandemia.
A las que lloraron por la frustración de no poder hacer más. Las Súper Poderosas también lloran.
A Amalia, Carlos, Alberto y otros, que confirmaron que la institucionalidad, la capacidad y la honestidad mueven montañas.
A Lucas y Jorge, que nos sacaron del molde.
A los políticos, nombre usurpado por los peores muchas veces, que suman con su voluntad de servicio.
A Tony, Gisela y John que hicieron una cooperativa de nueva generación que es un sueño. Y abre tremendos caminos al Perú.
A los científicos que reman y reman en un medio que es casi lo contrario del suyo, de entrega y rigurosidad. La biotec y biomed son nuestro futuro.
A los emprendedores, empresarios emergentes y empresarios. Los mafiosos, corruptos y mercas no lo son, como tampoco son políticos.
A mis colegas, que no pueden servir como quisieran.
Nuestro país es de nuestros hijos, de todos ellos y más peruanos de buena voluntad.
La tercera civilización del mundo, cuna de tantas otras, megadiversa, biodiversa y diversa no es de los mafiosos, corruptos, mercas, vende patrias, ni racistas e indolentes.
Pronto tendremos otra oportunidad de ser dignos herederos de tanto.
Recuperemos la esperanza.
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