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Foto del escritorMiguel Dávila Gagliardo

Miguel Dávila / Sistema Postal Peruano milenario 



Hoy, a poco del bicentenario 2024, tenemos el objetivo común de valorar y dar a conocer nuestro valioso patrimonio cultural al mundo. Esta vez, les traigo al emblemático sistema postal peruano, con casi 1,500 años de servicio continuado hasta nuestros días, donde SERPOST, su heredero desde hace 30 años, sigue en su empeño de mantenerlo vivo y vigente.

 

La última inauguración de la Agencia Postal SERPOST CULTURA marca el inicio del reconocimiento de este patrimonio para nuestro país, como el poseedor de uno de los sistemas postales más antiguos del planeta, siendo trazable en su funcionamiento continuado, desde el Imperio Wari (600dc-1300dc), que masificó el registro y transmisión de comunicaciones por nudos (creado en la ciudad de Caral hace más de 2500 años), y por el que se mantuvo la cohesión de un amplio dominio territorial y una red de caminos comprendidos desde la Región Lambayeque en el norte, hasta Moquegua por el sur, con base administrativa en Ayacucho, llegando hasta la ceja de selva de Cusco, en el actual valle de la Convención.

 

El sistema de caminos Wari y los registros en “quipus”, denominados así por el Imperio Inca (1300dc-1534dc), cuyo significado del quechua es simplemente “nudo”, fue ampliado y mejorado, llegando a comunicar territorios con más de 4000Km de extensión, entre las hoy ciudades de Quito y Santiago de Chile, incluyendo los territorios de los actuales Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Los interpretes (Quipucamayos), podían escribir y darle lectura a la información numérica contable, y a la narrativa, con mensajes, historias y leyendas, que están pronto a ser nuevamente interpretados por nuestros investigadores y arqueólogos.

 

Hoy se sabe por estudios nacionales e internacionales, que durante la conquista y luego en el Virreinato, este sistema de postas incaico fue la base para el funcionamiento de la Administración General de Correos de los Reinos del Perú, sistema de mensajería transportado en base a “chasquis a caballo” y quipus, a la par que cartas y documentos oficiales en escritura española. Este uso y costumbre se realizó hasta bien entrada la administración española en el Perú. Entre 1570 y 1581, el virrey Francisco de Toledo incorporó oficialmente el quipu al sistema administrativo del Virreinato.

 

El tercer Concilio de Lima desarrollado entre 1582 y 1585, definió los asuntos de la evangelización indígena, donde los quipus tuvieron gran aceptación inicial como ayuda para aprender oraciones y recordar los pecados antes de la confesión, existiendo luego de esos años, muchas evidencias de continuidad en su uso, para la supervisión y administración de comunidades locales. En algunos documentos coloniales, se destaca que en 1639 varias comunidades indígenas incluían en su organización el puesto oficial de “quipucamayo”. El fechado radiocarbónico del ejemplar de uso más tardío, oscila entre los años 1622 y 1664 dc, que corrobora la información documental sobre su uso en la época colonial.

 

En el Siglo XVIII, Manuel de Amat y Junyent, en las memorias de su administración (1761 a 1776), menciona “la Real Renta de Correos de Mar y de Tierra”, que incorpora por primera vez el transporte marítimo al sistema postal peruano. Se indica por la Real orden del 27 de septiembre de 1764: “…que los Administradores para el Correo Marítimo se hiciesen cargo del de Tierra, sin innovación alguna de la antigua Planta.”, es decir, se dispone que se siga utilizando el mismo sistema postal que se utilizaba hasta esa fecha.

 

Durante el proceso de independencia (1821-1824), el sistema postal virreinal siguió en funciones, siendo conocido el uso de “correos de contrabando”, entre las huestes libertadoras, que utilizaron los mismos caminos del sistema postal oficial, pero trasportados furtivamente por arrieros y nativos que se sumaron a sus filas.

 

Llegada la República, 1822 hasta la actualidad, el sistema postal peruano denominado “Correos del Perú” tuvo cambios acordes a un tiempo histórico de modernidades surgidas en la primera revolución industrial. Los primeros barcos con motor a vapor de la Pacific Steam Navigation Company (empresa inglesa), iniciaron operaciones en américa en 1840, con dos barcos bautizados Chile y Perú, por unir a los puertos de estos países, a través de Panamá, con el resto del mundo.

 

Años más tarde, el servicio de correos fue complementado por el transporte de trenes a vapor en los principales puertos peruanos, iniciando con el primero entre Lima y el Callao en 1851, y generando un servicio expreso de correos o “POSTREN”. Asimismo, desde su primera instalación en 1855, el telégrafo se sumó al sistema postal, como una modalidad de mensajería instantánea, facilidad que fue incorporada en su nombre oficial: “Correos y Telégrafos del Perú”.

 

Llegado el siglo XX, el sistema postal incorporó al correo aéreo nacional e internacional (inicialmente con USA a través de Panamá). Desde 1927 este servicio fue incorporando más países de destino durante las siguientes décadas, a los que se accede por conexión directa, de punto a punto entre Perú, a través de aviones cada vez más evolucionados.

 

Desde 1994 SERPOST heredero de todo este patrimonio cultural inmaterial, sigue operando sobre las mismas vías que iniciaron los antiguos Wari, conectando 430 localidades y puntos de receptorías y agencias a nivel nacional, relacionándolas y llevando el nombre del Perú a más de 190 países en el mundo, difundiendo de esta manera nuestra cultura y generando el proceso más puro de interculturalidad, entre diversas naciones y épocas históricas de nuestra realidad nacional.

 

En esa misma línea, el Museo Postal y Filatélico del Perú, parte de la red museológica del Ministerio de Cultura, viene impulsando diversas labores para la puesta en valor de la Casa de Correos y Telégrafos, inmueble histórico integrante del patrimonio cultural de la Nación, y cuya importancia radica en haber sido el espacio que consolidaba en un solo inmueble, todo el sistema postal y telegráfico de nuestro país, y propender desde allí su interconexión con el resto del mundo, en una época donde todo el trabajo era manual y donde lo digital no existía.

 

La conservación del patrimonio es una obligación de todo peruano, que retribuye a la ciudadanía su propia identidad e historia. Es así como en torno al espacio destinado a SERPOST CULTURA y las acciones promovidas por el Museo Postal y Filatélico del Perú, y los diversos clubes filatélicos a nivel nacional entre los que destaca por su antigüedad la Asociación Filatélica Peruana que este año celebró 75 años, se promoverán acciones de participación ciudadana de todas las edades, y en diversos coleccionismos, que acerquen cada vez más a nuestros niños y jóvenes al conocimiento de su cultura, apoyados para ello en medios físicos y virtuales que proveerán la apertura necesaria para que esta participación fluya a lo largo y ancho de nuestro territorio.

 

En esa línea, destaca la emisión de una colección de estampillas por el Bicentenario de la Independencia del Perú, las mismas que buscan perennizar este importante acontecimiento histórico para nuestro país a partir de la imagen de 25 personajes claves en nuestro proceso de independencia, que este 2024 cumple el bicentenario de su consolidación tras las gloriosas batallas de Junín y Ayacucho.

 

Asimismo, el Ministerio de Cultura y el de Transportes y Comunicaciones, realizarán las acciones para reactivar el CONAFIL, en seguimiento al Decreto Supremo N° 018-2000-MTC, que creó la Comisión Nacional Filatélica y se encuentra vigente. De esa manera se promoverá un tratamiento adecuado y coherente a la emisión de estampillas, destacando especialmente las imágenes de los valores históricos, culturales, naturales e interculturales, que contribuyan a la promoción del Perú en el exterior y cumpliendo con los acuerdos internacionales en materia postal.

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