1.2. La formalización como herramienta
¿Cuáles son las causas de la informalidad?, los expertos en la materia concluyen que los factores determinantes de esta se encuentran en dos vectores: i) falta de desarrollo 23%, con la consiguiente baja productividad por carencia de capital físico y humano; y ii) mala gobernanza 73%, explicada por regulaciones excesivas y deficientes servicios públicos.
Sobre mala gobernanza podemos mostrar algunos números: i) según el Doing Business 2019, Perú se ubica en el puesto 130 de 138 países, con la mayor rigidez del mercado laboral; ii) el 103 de los 190 países con marco regulatorio empresarial complicado (Doing Business); iii) el 105 de los 190 países con sistema tributario oneroso (Doing Business); iv) el peor puntaje en educación entre los 10 países de Latinoamérica que participaron en las pruebas PISA 2018; y v) el 127 de 144 países con sistemas ineficaces de provisión de servicios públicos (World Economic Fórum).
La formalización es una tarea pendiente en manos de los tres niveles de gobierno, pero sobre todo desde las regiones, es un tema que se tiene que solucionar en la base y competencia ineludible de las regiones y municipalidades. Para solucionar los problemas listados líneas arriba, se necesita conocer correctamente a los que tenemos que formalizar. Las herramientas para la formalización tributaria pueden ser provistas por la SUNAT, para facilitar su aplicación por los gobiernos subnacionales. Para ello basta con, cerrar la participación en la economía para todos aquellos que no cuenten con RUC y por tanto con la emisión y uso de facturas. Las boletas son un incentivo perverso para la formalización, pues son comprobantes de pago que no se pueden cruzar y por tanto pierden la trazabilidad entre emisor y usuario. Ante un proceso de formalización serio, la emisión única de Facturas y Recibos por Honorarios como comprobantes de pago, nos servirá para trazar los ingresos y gastos de una proporción cada vez mayor de usuarios y así determinar, a quien ofrecerles beneficios para formalización en alguna de las formas de sociedades que permite la Ley.
Las leyes para llevar a cabo este objetivo ya existen, el sistema tributario peruano es el conjunto ordenado de normas, principios e instituciones que regulan las relaciones procedentes de la aplicación de tributos en el país y se rigen bajo el Decreto Legislativo N° 771 (enero de 1994), denominado como la Ley Marco del Sistema Tributario Nacional. Hoy no existe ninguna excusa para que todos y cada uno de los habitantes del país estén formalizados y tengan un RUC, dado que el 99% de la población peruana (unos 33 millones de personas) cuenta con este documento. Por tanto, es posible generar un RUC de forma automática (de oficio) para cada uno ellos, más tomando en cuenta que el RUC no es más que el DNI con un número de serie delante y un código verificado al final.
Con RUC emitido de esta manera, no hay ninguna excusa para mantener la emisión de boletas (ni físicas ni electrónicas), dado que el campo de RUC y razón social o usuario, podrán ser llenados sin ningún problema. La minería de las bases de datos resultantes de esta operación será un insumo sin igual para la formalización. Por ejemplo, ante el COVID19, el DNI y RUC, así como consideraciones adicionales sobre actividad económica primaria y/o cargas familiares, podrían servir para emitir cuentas bancarias de oficio (Banco de la Nación), así como generar monederos electrónicos, que permitan hacer llegar los subsidios y bonos a las personas identificadas, correctamente de esta manera, pues se tendrían trazados sus egresos e ingresos (sus fuentes y usos). Y lo más importante, con este proceso estaríamos demostrando que los fines redistributivos de la formalización sirven, pues se estaría evidenciando palpablemente.
La formalización es posible, se necesita de conocimiento técnico y sobre todo la voluntad política de las autoridades de los tres niveles de gobierno y el Congreso, que propicien el correcto entendimiento de los beneficios por parte de la población.
Ya tenemos muchos diagnósticos de fuentes nacionales e internacionales, sólo necesitamos darle unas vueltas de tuerca al marco normativo (empresarial, laboral y tributario) que la fomente, y no necesariamente generando más leyes, sólo utilizando de formas creativas las actuales.
Este proceso debe estar acompañado de una sistemática transferencia tecnológica y educación primaria, secundaria y terciaria, así como los programas de protección social que hagan sentir que el sistema redistributivo de la formalización funciona. Si no lo demostramos, ¿cómo pretendemos que más personas ingresen al sistema?
Hasta ahora el Gobierno continua con políticas desviadas de estos fines, lo más cercano en nuestros días, son los protocolos de reactivación económica POSTCOVID que han sido normados.
Ningún informal por más voluntad que exista puede cumplirlos, y obvio dado que tiene que salir a producir para los suyos, no tendrá motivación para cumplirlos; así como ellos, habrá muchos formales que pasarán a formar parte de la informalidad por este incentivo perverso, lo dicen los números, la matemática es una ciencia exacta.
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