"Hoy el poder es utilizado de forma incorrecta: de espaldas a los intereses de la ciudadanía".
A lo largo de nuestra historia vemos cómo hombres y mujeres han estado buscando poder, y lo han hecho a cualquier costo, por lo cual han gestado intrigas, realizado asesinatos, instigado rebeliones y declarado guerras. La Real Academia Española define al poder como: “Dominio, facultad y jurisdicción que alguien tiene para mandar o ejecutar algo”. Para algunos pensadores: “tener poder, comúnmente, significa tener la capacidad de hacer que determinadas cosas ocurran”, “el poder es la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social aún contra toda resistencia”, “Salvo el poder, todo es ilusión”. Hay quienes aún piensan en alcanzar el poder a como dé lugar, y usan las estrategias de antaño; para ellos sigue vigente “el fin justifica los medios”.
La teoría política expresa que el poder debe ser usado para servir a la sociedad, buscando el beneficio de la población a través de la implantación de políticas públicas que busquen la modernización del Estado y garanticen servicios públicos como educación y salud con calidad.
Pero hoy el poder se está utilizando de manera incorrecta; los que lo ostentan lo están usando para su beneficio personal y de los grupos a los que pertenecen. Actúan de espaldas a los intereses de la nación y a las necesidades de la población, a través de contrarreformas, como ha sucedido con la educación, el copamiento de instituciones como el TC y la Defensoría del Pueblo, y la demolición del sistema de justicia en busca de impunidad.
También están utilizando el poder para descalificar y dejar fuera de carrera a líderes políticos y movimientos regionales, con el objetivo de no tener competidores en los procesos electorales. Olvidan que el poder que hoy tienen es efímero, y cuando lo pierdan se sentirán como tortugas sin su caparazón. Por ello, es importante la consolidación de políticos con solvencia moral, sensibilidad social y capacidad profesional
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