Como el acontecimiento de mayor impacto dentro del mundillo de los especialistas del comercio exterior en América Latina (LATAM), está siendo considerado la formal incorporación de Singapur como miembro de pleno derecho al acuerdo comercial denominada Alianza del Pacifico, integrado por México, Perú, Colombia, Chile y ahora Singapur.
Un Singapur, que paso en un periodo de 30 años de ser un "Pozo negro de la miseria y la degradación", a ser llamado la “Perla Asiática”, según diversos documentos publicados por la BBC, y adjudicados a Lee Kuan Yew, quien fue primer ministro de Singapur (1959-1990), y el cual es, según se afirma por los actores políticos y económicos del propio país asiático, que no solo fue el primer ministro “Él era Singapur”, hombre al cual, se le adjudica haber convertido a un Singapur pobre y degradado, postrado por la ruina y explotación por el imperio británico en un gigante de Asia.
Pero veamos en un par de pinceladas a quién beneficia la incorporación de Singapur en la Alianza del Pacifico. Por ejemplo, los destinos de exportación de Singapur: China (12.6%), Malasia (12.0%), Hong Kong (11.0%), Indonesia (9.4%), EE.UU. (5.9%), Japón (4.1%), Corea del Sur (4.1%), Taiwán (3.9%), Australia (3.8%), México (0.2%).
Principales proveedores de importación para Singapur: México ocupa el lugar 26 con el 0.8% de las materias primas. México ocupa el 4o lugar de destino de las exportaciones de Singapur en América Latina, después de Panamá (63.9%), Brasil (11.1%) y Bahamas (7.1%), países que no forman parte de la Alianza del Pacifico.
Seamos claros, lo que parece ser un perfecto juego de espejos de política internacional, no es más que una burda evidencia de hipocresía para América Latina. Un gobierno que se debate entre terribles señalamientos de corrupción económica hacia el interior del primer círculo, como es el caso del presidente Andrés Manuel López (México), corrupción que incluye a sus hijos con la adquisición en Houston, Texas de propiedades (casas) que superan los 3 millones de dólares, y un aumento de 138% en las ejecuciones violentas (80,000 homicidios) con respecto a los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Nieto, acusados por el Propio López Obrador, como grandes genocidas del pueblo mexicano.
La reflexión es abreviada, vaya hipocresía del gobierno de México frente a los pueblos amigos como Perú, Colombia y Chile.
¿Habrá vergüenza ajena?, a saber.
Comments