Sin duda estimado lector una de las agendas pendientes, y que deberá de ser retomada con especial interés en los próximos meses del presente verano (Hemisferio Norte), una vez establecidos con claridad los parámetros de la reapertura total de empresas y fuentes de empleo, será sin duda la actualización de los criterios generales en la relación bilateral entre México y los Estados Unidos enfocada en el escenario de la migración laboral. El punto central para la estrategia serán la articulación de las bases de una sólida reactivación económica en el entorno del T-Mec. Veamos.
El gobierno de López Obrador se comprometió a finales del año 2019 a “ofrecer oportunidades laborales, acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en su territorio”, además de protección a sus derechos humanos. México asegura que “la solución al problema migratorio es el desarrollo de El Salvador, Guatemala y Honduras, así como el sur de México, de donde provienen la gran mayoría de migrantes con destino final a los Estados Unidos” que huyen de la pobreza y violencia. Argumento anterior que simplemente es irrefutable y valido. Sin embargo, ante este inédito escenario (post COVID-19), se tiene la oportunidad para que en los próximos meses la ministra del Trabajo de México, María Luisa Alcalde convierta el tópico laboral de los connacionales mexicanos en los Estados Unidos en pieza central de la relación bilateral, así de importante el tema.
Se estima que aproximadamente en la actualidad hay unos 13.3 millones de indocumentados en los Estados Unidos de los cuales según estudios conservadores señalan que el 52% por ciento del total de ellos han nacido en México (poco más de 6 millones). Muchos forman parte de los que se conoce como familias mixtas, es decir, uno o varios de sus miembros carecen de estatus legal y otros son residentes permanentes o, incluso, ciudadanos americanos. No olvidemos que con 24 millones de votos se es presidente de México (última elección del 2018).
Y ahí está la clave para la construcción de uno de los grandes escenarios de apoyo internacional que tendría en sus manos la Ministra del trabajo de México en favor de los mexicanos en los Estados Unidos y de las familias en el territorio mexicano. El camino será presentar una estrategia consolidada para la apertura de la oficina de apoyo PPOE (Programa Panamericano de Organización en el Empleo), por medio de la cual, el registro de habilidades laborales, el apoyo a la discriminación y regularización laboral en familias mixtas, la acreditación de competencias laborales, y finalmente el reconocimiento oficial de conocimientos técnicos, y de acreditación de alta expertise laboral, son el punto de luz en el cual, María Luisa Alcalde tienen su gran oportunidad.
Además, la ministra debe construir una base internacional con acciones efectivas rumbo a la sucesión presidencial de México del 2024, si aspira a ser la primera presidente de México, o a ser, porque no Canciller. Estimado lector al tiempo.
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