En medio de la crisis de escasez de instrumentos de seguridad médica, Trump firmó memorando presidencial hace unas horas (viernes 10 de abril) para aplicar la "Ley de Producción de Defensa" (DPA, por sus siglas en inglés) con el fin de requerirle a General Motors que acepte, cumpla y priorice los contratos federales para fabricar ventiladores. Ello es en palabras prácticas que nacionalice la cadena de suministros médicos.
La disyuntiva es: ¿Si un gobierno debe usar de inmediato la Ley de Producción de Defensa para ordenar a las compañías que fabriquen batas, máscaras y guantes? Actualmente, los estados están compitiendo entre ellos para suministrar al gobierno federal. La decisión se venia solicitando desde principios del mes de marzo cuando 57 representantes firmaron una carta en la que urgen al presidente a "usar los poderes otorgados por la Ley de Producción de Defensa para iniciar la producción masiva de suministros necesarios para atender la pandemia de covid-19".
Sin embargo, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos anuncia con sorpresa este fin de semana (sábado 11 de abril) que la aplicación de ley podría ser "contraproducente" para las empresas estadounidenses.
¿En qué consiste esta legislación?
La Ley de Producción de Defensa (DPA) fue promulgada en 1950, casi al inicio de la Guerra de Corea (1950-1953). Esta norma le da al presidente de los Estados Unidos un amplio conjunto de poderes para garantizar que las industrias nacionales provean determinados productos y servicios necesarios para la defensa nacional. La DPA (por sus siglas en inglés) se basa en las leyes de Poderes de Guerra creadas para darle al gobierno estadounidense la autoridad de regular la industria nacional durante el conflicto.
Muchas de estas facultades caducaron cuando acabó la guerra, pero al comienzo de la Guerra Fría con la Unión Soviética a fines de la década de 1940 y la invasión norcoreana de Corea del Sur en junio de 1950 hizo que el gobierno de Truman reconsiderara la necesidad de una autoridad ejecutiva más fuerte en interés de la defensa nacional.
Actualmente "defensa nacional" incluye también la preparación para emergencias y todas las medidas necesarias para reducir los efectos de algún peligro para la ciudadanía, como conflictos militares, desastres naturales o causados por el hombre, o actos de terrorismo.
La ley permite que el presidente "pida a las empresas y corporaciones que prioricen y acepten contratos [del gobierno federal, por encima de los de otros clientes] para ofrecer materiales y servicios necesarios para promover la defensa nacional". También faculta al mandatario a que "incentive (mediante préstamos, compras directas o instalación de equipos) a la industria doméstica para que expanda la producción y el suministro de bienes y materiales críticos". Además, le permite al gobierno controlar las cadenas de producción de estos insumos.
Sin duda, al término de una pandemia como es la que actualmente vivimos del Covid-19 y de la cual nadie logra observar aún el final, YA NADA VOLVERÁ A SER LO MISMO, y los fantasmas de la Guerra Fría adquirirán otras mascaras. Si no lo cree estimado lector. Al Tiempo.
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