Revisando los informes económicos y estadísticos sobre América Latina y el Caribe en los últimos días para la presentación a un grupo de inversionistas Texanos, me vino a la mente el recuerdo de nuestra última estadía en el Perú. Llegaron a mi mente las largas conversaciones con distinguidos círculos políticos y económicos de Miraflores de la bella Lima. En estos dialécticos espacios se afirmaba en algunos casos abiertamente, y en otros un poco más discretos que China estaban llegando a todos los sectores económicos del país andino. Y ello lo guarde con especial atención ante los comensales de buen vino y exclusivos cortes gastronómicos, pues ahora doy cuenta que tenían razón.
Los reportes al mes de diciembre de 2021 nos proyectan que China en América Latina y el Caribe se está asegurando el acceso a materias primas (como el petróleo, y los minerales, entre los que destacan el uranio y el litio), así como a los productos agrícolas (especialmente la soja). El comercio total entre China y ALC aumentó de casi 18.000 millones de dólares en 2002 a casi 316.000 millones de dólares en 2019. En 2020, a pesar de la pandemia, el comercio total de China con la región se mantuvo prácticamente en los mismos parámetros. En 2020, las importaciones de China procedentes de ALC ascendieron a 165.000 millones de dólares de dólares, que consisten principalmente en recursos naturales, incluyendo minerales (35%), soja (17%), combustibles minerales (12%), carne (7%) y cobre (6%). Las exportaciones de China a la región en 2020 ascendieron a 150.000 millones de dólares, y las principales exportaciones incluyen maquinaria y equipos eléctricos (23%), maquinaria y aparatos mecánicos (16%), y vehículos de motor y piezas (6%).
China se ha convertido en el principal socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay y el segundo socio comercial de muchos otros países. China tiene acuerdos de libre comercio con Chile, Costa Rica y Perú. Según la base de datos China Global Investment Tracker mantenida por el American Enterprise Institute que rastrea las transacciones de 100 millones de dólares o más, las inversiones chinas en ALC desde 2005 hasta diciembre de 2021 ascendieron a 133.000 millones de dólares, de los cuales 61.000 millones corresponden a Brasil y 25.000 millones a Perú.
En este caso del Perú, los proyectos energéticos representaron el 60% de las
de las inversiones; los metales y la minería representaron el 25%. La base de datos
base de datos también muestra que los proyectos de construcción de China en ALC
desde 2005 hasta mediados de 2021 fueron valorados en 63.000 millones de dólares.
Al observar este escenario no aguante la oportunidad de llamar a mi buen amigo Magistrado Tapia en Lima, y conversar sobre la doctrina Monroe (1823) que en definitiva quedo atrás, y de cómo las actuales condiciones Geoestratégicas del mundo nos revelan otro panorama para el Perú, y América Latina.
Por cierto, cómo van los proyectos de China Yangtze Power Co. Ltd. con la presidencia de Castillo.
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