Cuando visites Cartagena de Indias, en Colombia, encontrarás una ciudad llena de color durante el día y de luces bohemias durante la noche, una ciudad moderna que en otro tiempo fuera colonia española. Declarada, patrimonio histórico de la humanidad por la Unesco, Cartagena es uno de esos lugares en cuyas plazas puedes encontrarte con personas de todas partes del mundo y recorrer la ciudad en un tour compartiendo agradables experiencias.
Un ingrediente importante que toda persona debería considerar durante su viaje es la reflexión. Reflexión sobre el lugar a visitar y su pasado. Las bases sobre las cuales fue habitada, tienen todas ellas valor en sí mismas y las podemos deducir mirando a su gente y recorriendo sus calles. En el caso de Cartagena de Indias, hoy podemos gozar de la libertad que ofrece una caminata por las plazas y también podemos disfrutar de la belleza y calidez de sus playas, pero mucha de esa libertad presente fue ganada a través de luchas pasadas. La ciudad amurallada como se le recuerda, dado que por ser centro de la riqueza y comercio de la Nueva Granada en el S.XVIII era constantemente codiciada y acechada; en tal sentido, era necesario resguardarla.
Hoy, Cartagena “La Heroica” se ha convertido en puerto muy importante del turismo y la segunda ciudad más visitada en Colombia luego de Bogotá. El legado histórico y sus playas son sus atractivos principales. Algunos monumentos de las plazas, nos recuerdan las heridas que, aunque ya no duelan, alguna vez existieron. Estos monumentos, a modo de imborrables cicatrices, en algunos casos, pueden producirnos una profunda nostalgia y asombro, como el Muelle de los Pegasos del puerto, por ejemplo, en donde grandes embarcaciones arribaban trayendo esclavos negros que eran vendidos cual mercancía y para trabajos en las minas.
Cercano a la torre del reloj, se encuentra el monumento a la libertad erigido frente a la opresión española, con la inscripción: “Noli me tangere” frase bíblica en latín; que, traducido al español significa “No me retengas”. Recordatorio histórico de libertad después de un largo periodo de amarga esclavitud. Otro monumento importante es la escultura a San Pedro Claver en la plaza del mismo nombre, donde se ve al Santo junto al que fuera un esclavo negro; representando así la caridad y su labor de ayuda a los esclavos que eran traídos desde el África.
Quién no ha mirado con admiración a la exuberante Gertrudis, tocándola con fervorosa confianza, deseando volver a la ciudad por una segunda o tercera vez, o con la ilusión de quedarse allí para siempre. Gertrudis, la escultura de Fernando Botero, reconocido artista colombiano, fue colocada en el año 2000 aproximadamente y justo en una de las esquinas de la plaza de Santo Domingo. Curiosamente, la escultura se encuentra casi frente al convento de Santo Domingo, construido en el siglo XVI. Cuando se ingresa al convento, uno se encuentra con la escultura, que como, se sabe está completamente desnuda. Si uno sale de la iglesia, de la misma manera, lo primero que ve, es la parte frontal de Gertrudis. No sé si fue intencional o no, que fuera colocada allí, o quizás sea sólo cuestión de visibilidad y estética. Desafiante para algunos o muestra de ese enfrentamiento eterno entre la libertad que ofrece el arte y en este caso específico, la exposición de la desnudez del cuerpo; en contraposición a lo que la iglesia representa, como muro de contención frente a los excesos.
Otra mirada sería, la oposición entre el culto al cuerpo propuesta por la escultura; frente a la espiritualidad, la mirada al interior y hacia el alma que propone la iglesia. A lo largo de los años tal parece que las complicaciones entre lo corpóreo y el aspecto espiritual del ser no pudieran convivir en armonía el uno con el otro a pesar de ser parte de la unidad. Creería que sí es posible, y aunque no es materia de desarrollo de este artículo concita un profundo análisis. Finalmente, la experiencia de contemplar y reflexionar en nuestros viajes y sobre cada lugar, nos otorga una especial virtud que debemos cultivar y nos ayuda a entender nuestro pasado y a caminar con mayor cuidado, esperanza y respeto sobre el presente y futuro.
Has encontrado algo nuevo e interesante en tus viajes que quisieras compartir ¿Algo que haya surgido de la reflexión? Sería interesante poder leerlos.
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