Nueva normalidad con nuevas tecnologías y nueva Virtualidad
SEGURIDAD CIUDADANA
El uso de drones colaborativos entre municipalidades equipado con cámaras inteligentes y con GPS es una opción tecnológica para la prevención del delito en barrios convulsionados. Como prevención sería conveniente implementar bloqueadores de celulares y de acceso a Internet en la cercanía de casas de cambio y de bancos, en estos últimos solo se admitiría las conexiones de Intranet y aquellas de uso exclusivamente bancario. Instalar botones antipánico en la cercanía de cámaras de video vigilancia, para que los ciudadanos alerten sobre delitos, con altoparlantes para que el operador de la central de monitoreo pueda advertir al delincuente con su voz, serviría también para dar información a conductores para utilizar rutas alternativas.
Los helicópteros de la PNP debieran ser asignados a la labor de prevención y combate a la delincuencia. Se debe implementar 8 helipuertos en la ciudad de Lima, pues con la velocidad que tienen los helicópteros de 1 38 nudos (255 km/hora) pueden recorrer en 3 minutos aproximadamente 1 3 km; con este radio de acción y con 8 helicópteros operativos, se podría cubrir en la ciudad un ancho de 52 km y un largo de 1 04 km, logrando que una unidad pueda llegar a cualquier punto en 3 minutos, con la efectividad que ello representa por el rastreo y bloqueo desde al aire de los actos delincuenciales.
Figura 3. Drones colaborativos y helicópteros para la prevención y combate eficaz a la delincuencia
RELIGIÓN
Actualmente las actividades religiosas han incorporado la virtualidad para los actos litúrgicos, como matrimonios, bautizos, misas de difuntos. Lo que falta es incorporar la “confesión virtual” como un sistema que permita realizar una confesión que, respetando los procedimientos y liturgia de la religión, utiliza el Internet como medio remoto de acceso y la tecnología de las comunicaciones con las PCs; Laptops, tabletas, telefonía celular y redes sociales como herramientas para acceder al sistema, tal como lo plantee a la Iglesia en el año 2004 sin éxito. Ello permitiría satisfacer la necesidad de la población de contar con un consejo o una palabra de tranquilidad hoy más que nunca en una época de pandemia, bueno para la salud mental, y al mismo tiempo una oportunidad para la Iglesia de atraer a los fieles.
La confesión virtual que diseñé requiere de una inscripción previa del usuario en el portal, debiendo acreditar para ello lo siguiente: número de partida de bautismo y lugar; parroquia a la que pertenece; esto en adición a sus generales de ley. Luego de la comprobación de la veracidad de los datos enviados con el archivo del Arzobispado de Lima o de la circunscripción donde se bautizó, se le comunicará al usuario, para proceder al siguiente paso de inscripción.
Como segundo paso -una vez aceptado como usuario- se le presenta un formato-contrato en el que ingresará sus datos personales, incluyendo un correo electrónico válido, debiendo lograr una inscripción personal, con login y contraseña (password) para ingresar al sistema. Se fijan las condiciones para operar el sistema de confesión virtual a través de un contrato, en el que entre otros puntos se garantiza la confidencialidad de la información suministrada, la que -al igual que en la confesión presencial- no será revelada a nadie y que será almacenada por el sistema en un casillero-tabernáculo virtual individual, una vez otorgada la penitencia, y que servirá al sistema para la evaluación del penitente y fijar futuras penitencias, según el grado de recurrencia del pecado.
Figura 4. Necesidad humana de la confesión virtual en época de pandemia
Comentarios