Hace un mes falleció el Embajador del Servicio Diplomático del Perú Javier Pérez de Cuellar. Quiero rendirle homenaje, así como recoger y compartir su valioso aporte personal, valga la expresión, y como líder de un talentoso equipo mundial.
Luego de terminar su segundo mandato como Secretario General de la ONU, fue convocado por el entonces Director General de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, para una responsabilidad de muy difícil realización. Supo concordar pluralidad de miradas y opciones sobre la cultura como sustrato y fuente de todo genuino progreso humano y como elemento sin el cual no habrá políticas sostenibles de desarrollo, de paz y seguridad en el mundo.
Corrían los años 80 y el sistema de las Naciones Unidas, pese a sus connaturales limitaciones, en particular la ONU y la UNESCO, fueron ámbitos que guardaron lo mejor del pensamiento y acción de sus fundadores, varones y mujeres que luego del colapso de la Sociedad de las Naciones, en medio de guerra contra las potencias del Eje, diseñan la ONU y la UNESCO, cuyo Preámbulo mantiene plena vigencia en tiempos de corona virus. Dicha declaración previa, sustentatoria, recogió palabras de Archibald Mac Leish: el espíritu, traducido como la mente de los hombres es donde deben construirse los baluartes de la Paz. También de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el cumplimiento de los acuerdos para mitigar adaptarse y planificar mejores sistemas de producción y consumo. El espíritu, la mente, pudo decirse la cultura es lo que nos diferencia de otros seres de la naturaleza y también entre la variedad de humanos.
Esos años 80 que culminan con la implosión de la URSS, pero no con ideologías que matan, desde el Estado o desde zonas de los de abajo, como pasó en el Perú. La fuerte siembra de ideologías totalitarias se ve en los neonazis y derechas europeas, o domésticas, así como en regímenes grupos y personas que se basan en el marxismo-leninismo-stalinismo. Dentro del sistema de las Naciones Unidas la UNESCO había sido refugio, escuela y universidad para el pensamiento libre y humanista en sus varias expresiones, tanto en ciencias exactas y naturales, ciencias humanas y sociales, comunicación e información y cultura. A fines de los 50 El Correo de la UNESCO, también CERES, de la FAO, luego, eran revistas de consulta de secundaria y de maestros. No solo había Condorito y Selecciones del RD. La UNESCO las publicaba como en 12 idiomas y con respeto por el rigor y la verdad, no se halla en sus páginas dogmatismo o fundamentalismo alguno, sino más bien muestra de pensamientos críticos.
Esta corriente de racionalismo plural tuvo hitos como los informes sobre el ambiente, el desarrollo social desde 1972, pasando por la Declaración Mundial de Alma Ata, 1978, a través de la OMS, y otras en el campo de la paz, educación, la libertad de prensa, prácticamente todos los asuntos que hoy se les denomina como “ejes transversales” tanto para las personas como para la naturaleza.
Mientras fue Secretario General de la ONU, Don Javier, así se le decía cuando había alguna cercanía o circunstancia propicia, cuando no simplemente embajador o señor, según la buena costumbre en la UNESCO, tuvo muy buenas relaciones con los Directores Generales de Agencias Especializadas como la UNESCO, en particular con Amadou-Mahtar M¨Bow y Federico Mayor Zaragoza. De manera que en el marco y propósitos aprobados por la Asamblea General de la ONU y de la UNESCO, ésta crea la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo con nuestro compatriota, promotor y mediador para la paz y la seguridad internacionales. Mayor Zaragoza se jugó a fondo por esa misión e instruyó a todo el Secretariado, (todos los funcionarios de carrera o en su caso contratados), a prestar su mejor concurso, respaldados por decisiones del Consejo Ejecutivo y Asamblea General de la Organización. Se designó miembros de la Comisión, con criterio multi regional y multi disciplinario, incluyendo un Secretario que inicialmente fue el colega de Ciencias Sociales y Humanas Jerome Bindé; luego quedó Yudhishthir Raj Isar, India. Fueron miembros de la Comisión:
Presidente: Señor Javier Pérez de Cuéllar, Perú.
Miembros Honorarios: S.A.R. el Príncipe HerederoEl Hassan Bin Talal Jordania, Aung San Suu Kyi, Myanmar, Claude Levi –Straus, Frasncias, Ilya prigogine, Belgica, Derek Walcott, Santa Lucía, Elie Wiesel, Estados Unidos de América.
Miembros: Lourdes Arispe, Mexico, Yoro K Fall, Senegasl, Kurt Furgler, Suiza, Celso Furtado, Brasil, Niki Goulandris, Grecia, Keith Griffin, Reino Unido, Mahbub Ul Haq, Pakistán, Elizabeth Jelin, Argentina, Angeline Kamba, Zimbabwe, Olek-Henrik Magga, Noruega, Nikita Mikhalkov, Federación de Rusia, Chie Nakane, Japón, Leila Takla, Egipto.
Observador Ex Oficio: Sitakant Mahapatra, India.
La Comisión también tuvo un especial equipo del Sector Cultura, recuerdo a Guiomar Alonso Cano y entre otras personalidades Bernardo Honwana, líder mozambicano del proceso de descolonización, con quien habíamos hecho buena amistad. Se trabajó en base a documentos, unos generados por miembros de la Comisión en el marco de su mandato y más allá, otros de científicos de distintas especialidades y globalidades, si me permiten el término, expertos, escritores, antropólogos, filósofos, artistas, empresarios, políticos. Otras Agencias Especializadas de la ON U y personas de su Secretariado hicieron aportes.
También se abrió la caja de sugerencias de funcionarios de todos los Sectores de la UNESCO y del sistema de la NNUU. Esa documentación era examinada con mucho rigor. Alimentaba las Consultas en las regiones del mundo con las que trabaja la ONU y en particular la UNESCO. Me cupo participar en la reunión de consulta para Américas Latina y el Caribe, invitado por el jefe de delegación de Honduras, donde era consultor residente de la UNESCO, el fallecido poeta y profesor Rigoberto Paredes, naturalmente pagando yo todos mis gastos pues no era funcionario. Al Director de la Oficina de Educación para Centro América y Panamá, mi estimado compatriota Juan Chong, no le pareció bien eso ni una intervención mía en plenario cuya Mesa Directiva lideraba Felipe Mac Gregor S.J. Pero cambió su actitud. Luego Don Javier le preguntó quién era y que así con seriedad y firmeza debían expresarse los funcionarios de la UNESCO. Casi tres años después mi dilecto amigo Alfonso Lizarzaburu Lizarzaburu, a cargo de la impecable traducción al español del Informe, me llevó a agradecer al Embajador, ocasión que hice propicia para obsequiarle “Memoria del bien perdido” hermoso libro de Max Hernández Camarero que aún no conocía y una pequeña artesanía artística de Honduras. Nunca más vi a Don Javier. Entre 1989 y 1996 un equipo de la UNESCO trabajó para el cumplimiento de los Acuerdos de Paz de América Central, que fueron impulsados por Don Javier y su equipo. Recuerdo a nicaragüenses Juan Arríen, ex Rector de la UCA- Managua, y Chico Lacayo ex Vice Ministro de Cultura; Picón, Ayzanoa y yo, peruanos, dirigidos por el compatriota Juan Chong. Seguí su actuación y me dio pesar que no anduviera nada bien su candidatura presidencial: Fue estadista, no político.
Quiero ofrecerles accesos, copiados hoy, al Informe: “Nuestra diversidad creativa”, a un resumen y una declaración de la actual Directora General de la UNESCO.
Vean ustedes cuán valiosa es la obra y cuánto podemos extraer de ella para nuestro presente y un mejor futuro nacional y mundial, cuando hayamos dejado atrás esta pandemia y estemos enfrascados en polarizaciones alimentadas por dogmáticos, totalitarios, neo fascistas allende el Atlántico ¿y aquí? fundamentalistas de toda especie, así como buenas personas sin una visión íntegra e integrada de sociedad y de persona. Este legado liderado por Javier Pérez de Cuéllar es fuente sustantiva para mejores conductas y decisiones personales, grupales y de Estado.
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