Soberanía, independencia y autonomía: factores divisivos y cohesivos.
Primera vuelta.
Los resultados pusieron en evidencia que, para la segunda vuelta, si se sumaban los votos obtenidos por las candidaturas de derecha y un par de centro derecha u otra con sus alas, como Acción Popular, alguna de esas candidaturas hubiese ganado, matemáticamente eso ha sido expuesto en conferencias públicas como las de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de San Marcos y en otros webinares.
Pero, pasó a segunda vuelta la candidata que mucho antes y en víspera de la primera, vuelta era la persona con mayor rechazo político y electoral según todas las encuestas y estudios no públicos pero que circularon en el Perú y en el extranjero. Pero, otro más, no logró el apoyo de todas las derechas con lo que entraba disminuid. Sus voceros aun los nuevos fueron y son personas muy cuestionadas, unos con razones y otras con solo el anti acérrimo que no cesa ni probablemente cesará.
Peor aún: hizo una campaña dinástica que ya no cuenta con el atractivo de quinquenio y décadas pasados, es decir, con base en un supuesto negado comprobable. Mientras que el candidato vencedor por mínima diferencia, es evidente también, evidencia que muchos soslayan como si hubiera sido una victoria “por goleada”, hacía una campaña en base a lemas y promesas electorales evitando debates y confrontaciones que no iban a ser necesariamente ventajosas y convocando a un rechazo múltiple al fujimontesinismo histórico y sus aliados como el APRA, con lenguaje popular cargado de frases históricas de diversas izquierdas.
Resultado de una magra votación y ventaja de la primera vuelta, logró una victoria estrecha, que se da por hecha dentro y fuera del Perú salvo por los acérrimos contrarios. Nada de lo expresado es un aval al sistema político, de partidos y de elección es ni me he ocupado del papel de los titulares de los Poderes del Estado, ni de la prensa ni de las redes. Con la Proclamación y Acreditación vendrá la Juramentación ante el nuevo Congreso.
Tampoco me ocupo del hecho jurídico de que la condición de congresista cesa al instalarse la Junta Preparatoria para elegir la Directiva del NUEVO Congreso y por ende cesa el encargo de la Presidencia al actual Presidente del Congreso encargado de la Primera Magistratura. Aquí en el Perú de hoy eso sería un “legalismo”, sobre todo para quienes en el híper realismo político, el poder y la fuerza, lo que vale es el hecho consumado y el peso del poco tiempo disponible, el hartazgo ya existente, así como la necesidad de “calmar las aguas”, criterios que como politólogo no puedo sino tener en cuenta.
Un hecho innegable es que en estas elecciones no ha tenido relevancia los Planes y Programas de Gobierno. La candidata los modifico en su campaña. Perú Libre simplemente lo presentó con hojas en blanco. El ciudadano Castillo de acuerdo a la exitosa estrategia de campaña no se metió, sino en lo que como dirigente sindical del SUTEP y de su provincia tiene hábito, talante y talento: mensajes movilizadores, apeladores de deseos, ideales, imágenes y cohesionadores frente a lo nefando. La prueba es que hoy por hoy hay versiones según apoyadores y voceros, no hay unidad de mensajes en el plano de medidas y decisiones de programa.
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