Entre los 50 y 60 el Perú vivía dominado por leyendas negras sobre toda nuestra historia y sus etapas. Veamos algo detrás de la leyenda negra anti velasquista. Desde los 50, acaecen grandes cambios época, larga duración, incubados por varias guerras y mutaciones políticas; el poder estadunidense apoya el resurgimiento de Europa capitalista, Plan Marshall y OTAN, el relanzamiento del Japón; la hegemonía comunista rusa se consolida en Europa oriental, COMECON y Pacto de Varsovia; Mao Tze Dong conduce al Partido Comunista Chino y su Ejército y vence al Kuomintang ganado prestigio e influencia no solo en Asia; esto incluye su rol en la Guerra de Corea y respaldo estratégico a Kim Il Sung y su régimen.
Se produce también la descolonización del mundo, con importantísimos movimientos de liberación nacional africanos y asiáticos contra los dominadores europeos. En 1956 se crea el Movimiento de los Países No Alineados, donde se ven planteamientos doctrinarios y prácticos de alejamiento del marxismo-leninismo-estalinismo, aunque algunos partidos comunistas lo sostienen.
El Vaticano promueve partidos demócrata cristianos o conversión de partidos católicos conservadores que nunca perdieron su impronta integrista confesional; apoya gobiernos de ancha base en Italia, para que no ganen los comunistas. Desde fines de los 40 cambios aperturistas en el mundo católico romano y otras iglesias cristianas en Europa y América toda eclosionan en el Concilio Vaticano II, contra cuya orientación dominante recrudecen posiciones ultraconservadoras (hoy nuevamente).
En América Latina y el Caribe se fueron acumulando cambios y energías de transformación: la Revolución Mexicana, las luchas de Sandino y Farabundo Martí, el constitucionalismo social, movimientos y partidos socialistas, radicales liberales, comunistas, descentralistas, regionalistas, indigenistas, el APRA, incluyendo Costa Rica y Venezuela. Pero aquí no se ha estudiado el rol de los militares del Brasil en la vida cívica, desde que esa sociedad se acostó imperio y despertó república con la más importante base esclavista en América del Sur. Pero la tradición hispanista muy conservadora y reaccionaria siguió influyendo.
Los ejércitos de tierra y mar fueron guardianes de ese orden político republicano formal con ADN colonial-dependiente ancilar del poder estadounidense y europeo occidental. Lo señalado y la Revolución Cubana, los revisionismos políticos y religiosos jugaron un rol clave. Nuestras escuelas públicas entre los 50 y 60, mejores que hoy, y escuelas particulares, apenas enseñaban estos cambios porque se vivía represión intelectual, cultural y política. Comunistas y apristas iban a la cárcel.
Se reprimían los movimientos sociales, de indígenas y mestizos de la sierra, el sindicalismo obrero. Las migraciones y nuevos asentamientos humanos transformaron el Perú y sus expresiones organizativas. Gremialismo universitario, partidos reformistas, periodismo, arte y cultura populares, convergen con luchas políticas y guerrillas, ancilares de poderes revolucionarios buscaron cada quien las suyas. Los períodos de democracia representativa formal fortalecen esos cambios; también hay reacciones pasadistas. Los militares que derrotan a las guerrillas de los 60 y estudiaron su doctrina y praxis, eran, no pocos, católicos con reciente influencia del Concilio Vaticano II, la democracia cristiana y pocos de los movimientos de teología y filosofía de la liberación.
En sus estudios, siguiendo la escuela francesa desde inicio del siglo XX, ejército, y la estadounidense, marina y aviación, en los 30, tienen una visión anticomunista que empieza a cambiar gradualmente; luego vino la reacción contemporánea. 1950, gobierna Odría, se crea el Centro de Altos Estudios Militares, CAEM; primer Director fue José del Carmen Marín Arista, divisionario, que joven destacó en el Estado Mayor en la victoria de 1941, conflicto con el Ecuador. Desde los 50 crece la influencia de las Naciones Unidas, CEPAL, planificación del desarrollo, FAO, reforma agraria, y UNESCO, reformas en educación, cultura, ciencia y comunicación. Las ideologías reformistas y revolucionarias, se centraban en la revaloración de la Patria en su versión nacionalista izquierdista, la igualdad jurídica, social y política de los ciudadanos, aún sin acento feminista, justicia social, soberanía nacional e independencia de poderes imperiales planetarios o regionales. Voz de orden popular nacional: democracia social, participativa, no formal. Ello confluyó en rupturas de partidos: aprista peruano, (también en Venezuela y Costa Rica), troskista y comunista; la creación de Acción Popular, (se divide por velasquismo); también la democracia cristiana (Chile, Perú, Venezuela, Brasil).
El gobierno de Velasco es fruto de esos cambios mundiales, regionales y nacionales culturales, ideológicos y políticos; gobernó con civiles en el Poder Judicial, no solo en el Ejecutivo, (Relaciones Exteriores, INP, MEF y SINAMOS). Todos los militarismos previos, (ver Basadre), y posteriores, (sin cronistas), gobernaron con civiles; todo gobierno civil se apoyó en los militares. La historia la escriben los vencedores, pero es imposible ocultarla siempre. Gobernar es hacer creer y abundan leyendas negras.
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