Mejores inversiones en sectores y departamentos. Minería y agricultura son nuestras mejores palancas de desarrollo
Es casi universal la evidencia de que cualquier recuperación, por exitosa y rápida que sea, ni siquiera compensaría la situación prepandemia en pobreza, desigualdad, baja competitividad agregada nacional y desagregada por sectores de actividad y departamentos (mal llamados regiones), tanto por causas internas cuanto por los ajustes que empezaron a realizar las economías más poderosas a las cuales seguiremos atados, o unidos, por venta de productos y compra de bienes y de servicios, en especial la grande y mediana minería moderna regulada, así como la pesca y la agricultura de exportación.
Es una evidencia que no se han tomado decisiones, inclusive acogidas o elaboradas por funcionarios pre decisores, en materia de gestión social de inversiones, en costa sierra y Amazonía. Conozco pocas excepciones que no hacen verano. A los problemas tipo Espinar, se les ha dado en esencia la misma fórmula inmediatista. El proceso electoral, la frustración de estudiantes, madres y padres de hogar, desempleados y casi privados de la sobrevivencia informal, se ha sumado la grave crisis de la cero producción de petróleo en Loreto, zona nor oriental peruana que queda después de lo que hemos perdido en casi 200 años de República.
Mientras que el Estado de Colombia, en violencia y guerra contra guerrillas, terroristas, y otras variedades del espectro político y delincuencial, desde 1948, nada menos, sí produce entre 900 mil y un millón de barriles diarios y ha realizado alrededor de un millar de consultas previas, aquí hemos reinventado normas, queremos más, pero hay un grave déficit de cumplimiento estatal, empresarial y ciudadano en ese Departamento, para el cual se aprobó un “cierre de brechas” hace una semana, luego de la cual se sabe que no hay producción. Aunque usted no lo crea.
Conociendo lo bueno, lo malo y lo feo de la industria de hidrocarburos y gas del nor oriente peruano, que ha llegado a nivel cero o menos cero, es indiscutible que sin excedente generado por esa industria solo el Gobierno financiaría, ¿con viejos métodos? el plan aprobado después de años y años de mesas y actas incumplidas. Loreto, pues, no solo es indígena y rural amazónico, habitan en Iquitos y ciudades provinciales muchos más peruanos que los compatriotas ribereños e indígenas. Lo grave es la endemia de la corrupción inseparable del clientelismo político y la ineficiencia de instituciones estatales. Los electores decidirán si se quedan con la corrupción que ha ganado sucesivas elecciones o se reorientan para salir del atraso y la pobreza, de un mar de residuos que impactan negativamente en las personas y el ambiente, incluyendo factores no industriales factores, sino domésticos, causados por el ser humano. Así como la minería y la agricultura en sierra y costa, es hora de asumir el reto de nuevo y mejor ciclo de hidrocarburos, de transporte fluvial y urbano, a la vez que se potencia la pesca y el uso racional empresarial del bosque, en vez de seguir con el mismo método que está llevando a su degradación, y se inician nuevas inversiones no tradicionales para otra clase de energía, pues sol y aire sobran.
En otro momento me ocuparé de las economías ilegales que se mezclan con estilos de vida en pobreza, precariedad, informalidad, casi anomia, redes ilegales nativas y transnacionales, como la producción y tráfico de cocaína, amapola y heroína, tala ilegal o defectuosa de bosques, ocupación ilegal de terrenos, minería ilegal y delitos inherentes, pesca ilegal, contrabando tradicional y de ese otro Perú que es el VRAEM, o de los pobres urbanos que parece que no se conoce, a la luz de malas medidas adoptadas desde el comienzo de la pandemia para encuadrar a la población y mantener iniciativa y predominio político, comprensible, y obtener buenos resultados del quinquenio, que abonen los electorales.
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