Alfonso Barrantes y Carlos Malpica eran Cajamarquinos, a veces enemistados por las rencillas políticas. pero estos viejos izquierdistas no robaban. Celebre era Manuel Dammert, Jorge del Prado, Javier Diez Canseco, Carlos Tapia, entre miles otros. El ejemplo del APRA, robón y mano larga, hizo de sus rivales rojos, un grupo de gente excepcionalmente honrada y exitosa políticamente, mientras se mantuvo unida.
La fea costumbre de usar el estado como botín, fue importada del populismo aprista y de la tradición colonial y republicana, como lo denuncian Jorge Basadre, Ricardo Palma, Manuel Gonzales Prada, Haya y Mariátegui.
Se robó hasta en las guerras de la Independencia, adonde se cobró varias veces más por animales y pertrechos requisados por los Ejércitos de San Martín y Bolívar. La liberación final vino en Ayacucho, pero los cobros falsificados de las campañas se pagaron hasta 1860.
La era neoliberal, iniciada en 1990, combino una violenta política de acelerado crecimiento de la economía con el robo con comisiones de las privatizaciones y el sistemático saqueo del estado por los intereses privados.
Con estos antecedentes mayúsculos, las tropelías actuales del Gabinete en la Sombra y de un posible entorno de paisanos, familiares y lobistas, que vieron en el estado una Tinka, tiene sólidos antecedentes históricos. Aunque se trate de pirañitas, y no de los tiburones que denunciaba Carlos Malpica, amenaza con destruir totalmente la imagen del potente movimiento que ayudo a llegar al poder a Pedro Castillo, al volverlo absolutamente vulnerable a él, su familia, su gobierno y sus aliados.
Poco importa que haya un complot de la derecha usando una red de estudios legales caros y medios parametrados en la causa de la destrucción del gobierno. En el Perú la corrupción es la Kriptonita de los Presidentes, desde Fujimori en adelante, es lo único que el pueblo no acepta: robos que impiden concretar obras públicas urgentes.
La Teoría de la Relatividad tiene su versión peruana: la gente cree que todas las autoridades roban un porcentaje, pero si no haces nada con el dinero que resta-como en muchos casos sucede-tu muerte penal y política será dolorosa y prolongada. Dios y los Apus no lo quieran.
Inserto
“En el Perú la corrupción es la Kriptonita de los Presidentes, desde Fujimori en adelante, es lo único que el pueblo no acepta: robos que impiden concretar obras públicas urgentes”
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