Keiko en versión “revival” apareció en Tik Tok respaldando las elecciones generales y “que se vayan todos”. La Jefa de Fuerza Popular, salió del closet naranja y lanzó misil a la línea de flotación de su bancada parlamentaria.
Mala onda para sus congresistas, que perderán la chamba. Keiko cree que sería el naufragio político de su partido, si sigue con la escabrosa compañía de APP y Renovación Popular. Este es en un Titanic-el del Congreso-a punto de hundirse. Peor aún, si Acuña pierde La Libertad y Porki Lima, en el proceso electoral de octubre.
No es mal cálculo, pero al jalar la cadena del Ejecutivo y del Congreso, a la vez, se multiplican los riesgos de que todo salga mal, y que una futura elección traiga un resultado que provoque una derrota gris de los naranjas.
Keiko propone un camino similar al del 2,000 cuando su padre quedo desempleado. La diferencia: entonces había partidos políticos. El dialogo era organizado con presencia de la OEA. Si se aplica la vacancia Presidencial y el cierre del congreso. ¿Quién organizaría ese proceso?
Si el poder está mal construido, la verdadera salida está en recomponerlo para que represente mejor los intereses futuros de los peruanos. Sin reforma política el “se vayan todos” se convertirá en “vuelven todos”.
Una mirada a la situación del Perú, nos permite comprender que requerimos cambiar dramáticamente la orientación de nuestras instituciones, congeladas en una realidad que no existe más. No basta echar al Congreso o al Ejecutivo y convocar elecciones. Es necesario llevar a cabo reformas constitucionales, que inicien el proceso de renovación legal de las entidades democráticas.
Sea la reforma del congreso, la del ejecutivo, la del poder judicial o un proceso de cambio en la manera como se proyectan y ejecutan las obras públicas, requerirían varios años, si se acorta el periodo del mandato presidencial y del congreso.
Lo práctico, si de un revival del 2000 se trata, es iniciar un Dialogo Nacional, sin poner por delante la vacancia y el cierre del congreso.
Solo 2% de los peruanos aceptan que se vaya Castillo y se quede Camones. El cambio de modales de Keiko reside en esta verdad estadística: la vacancia ha hundido políticamente al Congreso. Y amenaza hundir con el a FP.
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