Por el tono crítico y su contenido, diciendo la verdad calata, los retirados están planteando otra ruta: un reforzamiento del apoyo político, logístico y la preparación de los efectivos de seguridad del país. Lo proponen como una condición previa: lo llaman cambiar de política.
Es decir, ninguna imitación del Plan Bukele va a funcionar si no se superan las condiciones en las que se desempeñan militares y policías en todo el país.
Una diferencia importante con el simplón llamado a ejercer “mano dura” de los Congresistas de la derecha, que plantean la vuelta a la guerra anti terrorista de los años 80-90. Imitando sus errores de maximizar la violencia sin tomar en cuenta la alianza con la población civil. Y también diferente al altísimo grado de improvisación y ausencia absoluta de estrategia con el que se decretó la intervención en La Libertad.
Los oficiales retirados saben que se necesita otro tipo de política que parte primero de una visión estratégica del problema de seguridad del país, segundo una priorización de las acciones policiales y militares diseñadas por etapas y planes según los resultados y tercero disponer los recursos en los territorios y zonas por intervenir.
Es evidente que las carencias logísticas, humanas, de apoyo político, que los Sres. Oficiales critican en todos los campos llevaron al fracaso a todos los estados de emergencia. Pero el gobierno no hace una evaluación autocritica de los resultados, no se asesora técnicamente, ni acierta en redirigir la política nacional hacia la Seguridad. Su Karma es el voluntarismo y la improvisación, por eso es muy importante que las autoridades escuchen los argumentos de los oficiales retirados. Salvedad hecha de algunos errores sobre DDHH y la urgencia de luchar contra la corrupción, ausente en el pronunciamiento.
En la historia del Plan Bukele es evidente que hay una parte que sus admiradores peruanos no cuentan; los tres a cuatro años que el entonces Alcalde y luego Presidente se tomó para preparar el proceso contra las maras.
Contra las bandas transnacionales que actúan en Perú es un grave error actuar a la criolla, Además de no tomar en cuenta la debilidad política del gobierno y el congreso para liderar al país en semejante batalla. Aquí no hay un (a) Bukele.
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