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Julio Schiappa Pietra / Otro ministro, otra estrategia de seguridad 

  • Julio Schiappa Pietra
  • 22 mar
  • 2 Min. de lectura

Es imposible no tomar en cuenta la frase lapidaria del PNP más famoso del país, el Coronel Harvey Colchado, “Santivañez está preparado para defender a criminales, pero no sabe combatir contra ellos”. Brillante. Resume bien por que fracasó Santivañez.

 

Su vocación, durante varios años, ha sido asumir defensas penales de alto riesgo para el estado. La última, la de policías integrantes del Escuadrón de la Muerte. Además, los abogados del mal son responsables de haber gestionado reposiciones masivas de miles de malos integrantes de la PNP. Fueron 4,800 amnistiados solo el 2003. Enorme daño que ha dejado secuelas que explican, en parte, el fracaso en la lucha contra el crimen: los malos están junto con los celadores. Y recientes pruebas ratifican que Santivañez no sería un celador.

 

La lucha contra el crimen requiere confianza, según todos los expertos, y solo 5% apoya a la Presidenta. ¿Cuantos peruanos esperaran al 2026 para ganarle al crimen?

 

Por eso es necesario poner al frente de Interior a un civil con legitimidad y experticia en gestión del estado. Que reconstruya esas bases de confianza ciudadana, y negocie la unidad de todo el país contra los criminales. Primera tarea.

 

Segunda tarea, declarar al crimen organizado enemigos del estado y fuerza combatiente que debe ser neutralizada.

 

Ello implica aplicar con prioridad toda la fuerza armada y legal del estado para derrotarlos, suspendiendo de facto su nacionalidad peruana, el derecho de propiedad y sus libertades civiles. Sería inevitable someter a consulta ciudadana la Pena de Muerte por Traición a la Patria en los casos de sicariato y otros crímenes horrendos. Será después de las elecciones 2026.

 

Tercero. La estrategia a seguir, por el poder territorial y la extensión del fenómeno criminal, debe establecer tareas de contención e intervención, invadiendo los barrios rojos donde viven los criminales y está su infraestructura, fortaleciendo a Ternas e Inteligencia que deben funcionar con unidades y locales en estos barrios del crimen.

 

Cuarto. La instalación de centrales G5 que reúnen en un solo servicio digital la observación, prevención, identificación y persecución de los criminales.

 

Quinto, pero primero en prioridad. Dar un salto cualitativo en capital humano, fortaleciendo la fuerza policial dividiendo sus tareas técnicas de investigación de la comunitaria. Indispensable un programa de reentrenamiento de policías en servicio y captación de gerentes y administrativos para administrar fondos y recursos.

 

Anécdota. La cárcel de Ica para 3,000 presos esta cotizada en 380 millones. Por igual costo Bukele construyo una para 50 mil. ¿Alguien cree que con los podridos se derrotará al crimen?


 

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