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Julio Schiappa Pietra

Julio Schiappa Pietra / Cosecha de tempestades

Los partidos con identidades negativas han ganado muchas elecciones, sobretodo en el Perú. La conversión de la Presidente en una versión aumentada de Keiko Fujimori pone en peligro la continuidad de su régimen. Nadie quiere una Dinachet.


El movimiento No a Keiko fue algo más que una ONG o una patota de jóvenes Influencers universitarios. Fue la corriente galvanizadora de una identidad mayoritaria negativa, que bloqueó el acceso al poder de la hija de Fujimori durante todas las elecciones que ha perdido. Una ola similar, esta vez contra Dina Boluarte, ¿esta redefiniendo la política peruana? La ola de errores Presidenciales, como en la ONU, parece estar lográndolo.


El reciente chasco en las Naciones Unidas, tiene un terrible impacto en la imagen del Perú, y no por las pequeñas protestas de ciudadanos peruanos habitantes de la Gran Manzana, sino por los dimes y dislates de la Presidenta, su Cancillería y Servicio de Prensa.


El primer dislate fue presentar, ladinamente, como visita oficial al Presidente del país más poderosos del mundo una sesión protocolar de 10 segundos para una foto en medio de una cena oficial. Auto misil de enormes consecuencias porque mereció una aclaración desde la Casa Blanca.


El segundo dislate. fue su discurso que parece fue hecho en combo por el embajador ante la ONU, el de la OEA y la Canciller. Tres rabiosos integrantes de la derecha más extrema. El tufillo militarista del texto tiene varias frases inaceptables para los países civilizados. Señalar “que el Perú era un país adonde se defienden los Derechos Humanos”. Además, la frase más despreciable era la que atribuía-una vez más- las muertes en los sucesos del Sur a los propios participantes y a 500 manifestaciones cargadas de participantes violentos y subversivos. Estas dos pinceladas, propias de Pinochet, bastan para disuadir a cualquier inversionista de un país democrático de invertir en el Perú.


Los redactores y coautores del discurso de marras, incluido Alberto Otárola que también lo revisó, olvidaron que la mayor parte de los Fondos de Inversión-que pueden ir al Perú- cuentan con accionistas de Sindicatos, Asociaciones Empresariales seguidoras de Davos, Universidades, u observadores de Organizaciones No Gubernamentales y Ambientalistas. Esa ignorancia de la cultura empresarial del capitalismo moderno tendrá serias consecuencias: se ha confirmado la naturaleza autoritaria del gobierno.


Las últimas semanas va quedando en evidencia que a nadie le puede importar más el adelanto de elecciones que a la propia Presidente y al Premier Alberto Otárola. Solo cosechan tempestades.


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