Herido de muerte desde la caída de PPK, el Poder Ejecutivo ha visto destruida su legitimidad hasta llegar a no representar la unidad de la nación. Salvo el período de Francisco Sagasti, los demás mandatarios han terminado devorados por procesos anti corrupción y el lawfare. Un balance que impone cambiar la Constitución para impedir la revocatoria de mandatarios elegidos por el voto popular.
Es el Congreso el ente que representa mejor esta crisis de legitimidad: sus integrantes no pueden ni visitar sus localidades ante la furia que sus resoluciones desatan en sus distritos electorales. Tener 6% indica una destrucción inédita del poder y la efectividad del Congreso. El origen: la multiplicación de partidos políticos y su reflejo en grupos parlamentarios minúsculos que producen una diáspora de intereses y facilitan la corrupción, matando la legitimidad de los representantes.
La alianza de gobierno, trama una partitura, que es una repetición del proyecto dictatorial fujimorista de 1992, un golpe que no admite oposiciones en la estructura del estado y que pinta de color naranja todos los órganos del poder. Dicho proyecto, aun en diseño, contaría con el apoyo de la derecha, del cerronismo, el partido magisterial, y los partidos-negocio. Alianza de los que no le hacen ascos a fortalecer el poder del Congreso. No les importa el 6%, no creen en la legitimidad del apoyo popular.
Es evidente que, al no importarles el apoyo ciudadano, el “régimen de la barbarie”, como dijo Alberto Vergara, puede imponerse. Esto se concreta en el asalto a las instituciones- como la JNJ- que elige jueces y fiscales, el cambio total de los directivos de los organismos electorales, con lo cual el círculo del poder, se transforma al modelo del fujimorismo noventero.
¿Cómo enfrentar este proyecto de toma del poder por lo más rankeado de la política peruana, aliada a la ilegalidad y las mafias? La experiencia de la lucha contra el Fujimorismo nos brinda una experiencia exitosa: Foro Democrático. Una organización con raíces en las bases de la sociedad, con presencia intelectual, mediática y un activismo internacional nacional e internacional.
En esa línea proponemos formar una Coalición Democrática que organice y anime la batalla por el adelanto de elecciones ante la inviabilidad política del régimen actual. Con las firmas de apoyo al Referéndum y la resistencia civil organizada, hay que repetir la hazaña del año 2000, creando la tela de araña que termine por impedir el proyecto autocrático del gobierno y sus aliados. Avanti!
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