¿Las inversiones son el principal objetivo de la economía y la sociedad? Eso dicen los ministros y la propia líder del país en público. Lo mismo afirman los personeros de ciertos sectores conservadores, no todos, del empresariado.
En una colección de 5 cortos ensayos, de título “Incertidumbre”, escrita por Francisco Sagasti, se deja el tema muy claro. Sir Francis Bacon resumió la esencia fundamental del sistema surgido del Renacimiento que fraguó el capitalismo y la republica liberal. Su idea angular fue que la ciencia y el conocimiento hacían posible el progreso y el bienestar de la humanidad. Para Bacon el hombre era el centro de ese desarrollo, en coherencia con su visión que el progreso era obra de Dios.
El estado era, en esta concepción, un elemento institucional clave para asegurar el acceso a esta nueva etapa de avance de la humanidad. Las ideas de Bacon, dice Sagasti, son un paradigma que incluso fue revivido en el pasado siglo XX, para darle sustento filosófico y moral a la reconstrucción y la expansión económica post bélica.
Clave es la aceptación de la ciencia y el conocimiento aplicado a la gestión del gobierno y todas las esferas del poder. Y el concepto de bien común, resulta crítico para atenuar y regular los efectos del progreso, que trajo consigo el capitalismo.
Bacon hablaba de un progreso continuo y con plazo indefinido. No ha sido así, la Era de Bacon y sus teorías ha llegado a su fin. Arrasada paradójicamente, dice Sagasti, por el enorme éxito que la técnica y la ciencia trajeron al mundo.
Hoy debido a la híper comunicación, el debilitamiento de los estados de occidente, el orden internacional fracturado y multipolar, a los cambios económicos y sociales en todo el orbe, ha desaparecido un sentido unitario y claridad de objetivos que unan a la humanidad. Sagasti dice que el mundo ha perdido el rumbo y nadie sabe hacia dónde irá.
En esta incertidumbre, no podemos reducir la misión de las empresas, el gobierno, y los personas a la búsqueda de inversiones. Lo dejó muy claro un Presidente del Directorio de la Empresa de Petróleo de Chile, “nuestra misión es generar riqueza y bienestar, primero para la patria, segundo para nuestros trabajadores con sus familias y, finalmente, para nuestros accionistas”.
Las inversiones son parte del juego, pero la venta de ceviche y piedras con oro, no es desarrollo y progreso, si no entendemos que nuestra gran certidumbre es mejorar la vida de la gente.
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