Fue Xi Yi Pin, entre los líderes visitantes, el que mejor se lució en estos días de APEC, presentando a China con un vigoroso e innovador mensaje de alto valor histórico y cultural, dirigido a capturar la imaginación de los peruanos. Su artículo en El Peruano, sus discursos, y gestos, eran parte de una campaña de relaciones públicas y no solo los rituales propios de toda reunión internacional. Hermanar a la Gran Muralla y a Machu Picchu, hizo la diferencia.
Contrasta esta conducta del máximo conductor de China, con los gestos fuera de lugar de EEUU, que quizás expresaban su molestia reiterada por Chancay. ¿Qué otra cosa se puede pensar del retiro de armamento de nuestros escoltas como si fueran sospechosos de infiltración para un atentado contra el Presidente de EEUU? Vergüenza que nadie exigiera respeto al país anfitrión.
Si el Perú viviera una relación normal entre peruanos, la impecable organización y éxito de las sesiones de APEC, le habrían dado aire político al Gobierno de la Sra. Boluarte. Esto hubiera llevado a una distención entre el gobierno y la oposición, con un urgente cambio de gabinete. Eso se da en todas las democracias, basadas en la negociación y el consenso. Aquí no se sabe que pasará.
Eso si las protestas populares tronaron y trinaron al interior del Centro de Convenciones, donde se celebraba APEC. Quedo claro, que el Perú tiene deudas pendientes con sus ciudadanos. Tampoco nadie dio cuenta, desde el gobierno, como habrán de arreglar las graves ausencias de infraestructura que el estado debió prever para inaugurar el Puerto de Chancay. Fue por internet, un chasco.
Unos preocupados periodistas chinos, me expresaron su angustia porque Chancay era una barriada sin infraestructura decente para albergar a 8 mil nuevos residentes que trabajarían en la ciudad de manera permanente. Además, contaban, les había tomado más de 3 horas recorrer los 96 kilómetros de Lima a Chancay, por una carretera muy peligrosa para el paso de camiones con contenedores u otros vehículos de transporte.
El Ministro de Transportes y Comunicaciones, dio una respuesta temeraria, en días recientes, al tema de la interconexión con Lima y el resto del país. Se construiría una carretera costanera, al pie del temible acantilado de Pasamayo. Y la obra estaría a cargo del mismo cartel de empresas francesas, que han dado costos de apocalipsis en la obra de Carretera Central.
A todas luces, no hay un Plan Estratégico del Estado respecto a Puerto Chancay. Ni tampoco un Gabinete para poner en valor la cita APEC.
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