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Julio Schiappa Pietra / 10 hormigas hacen una balsa

Las hormigas -cuando una inundación o cruce de un obstáculo con agua lo hace necesario- pueden hacer un puente con sus cuerpos. El puente puede, además flotar. Los científicos han descubierto que bastan 10 hormigas para que este puente pueda armarse con éxito.


La maravilla dice este proceso es que, por un efecto de la física de fluidos, las hormigas no pueden descolgarse o separarse del puente. Es una cohesión no voluntaria, impuesta por las circunstancias y la física.


¿Puede aplicarse esta vívida experiencia animal a la política peruana? Creo que sí, porque al Perú lo amenazan varias inundaciones y potenciales calamidades. Primero, un latigazo de la crisis mundial, que nos lleve al callejón obscuro, producto del alargamiento de la guerra de Ucrania. Segundo, un desbarajuste político por el desorden causado por el choque entre el Congreso y el Ejecutivo, ambos incapaces de alinear su funcionamiento a los deseos de la mayoría del país. Además, un Presidente acosado judicialmente, dedicado a defenderse de graves acusaciones de mal gobierno y corrupción, tiene un efecto de parálisis innegable en el manejo del país. Parálisis también característica de un Congreso, entretenido día y noche en un juego de Acusaciones Constitucionales y Vacancia. Resultado; un embalse por boicot de 69 leyes urgentes para el gobierno y otro tanto de promulgadas que requieren reglamentación urgente del Ejecutivo. Un abrazo de pulpo con secuelas graves para la gobernanza del país. Y efectos de deterioro institucional cada vez más graves.


Como si se tratara de una nueva variante del COVID, la crisis política ha contagiado a dos entidades que han entrado a este juego de pierde: la Fiscalía de la Nación y la Contraloría General de la República.


La Fiscalía se debate en un enfrentamiento sin precedentes por los cuestionamientos muy graves a la propia fiscal. Acusaciones de titulación trucha en la Universidad Alas Peruanas, de complicidad probada con la banda de los Cuellos Blancos y el ex juez prófugo Hinostroza, nepotismo evidente en dos procesos que involucran a sus hermanas. El más grave, la liberación de grandes narcos peruanos y extranjeros a cambio del pago de dinero, que involucra a su hermana mayor, Ema Benavidez. Además, es evidente el resquebrajamiento del grupo fiscal a cargo del Caso Odebrecht, aliado de la fiscal, que ha perdido prestigio al no llevar a la cárcel a procesados ex Presidentes y otros líderes.


La Contraloría General, vive otro drama aparte, el del burocratismo y la ineficiencia, que tiene paralizadas numerosas obras públicas en todo el país. Un sistema de participación preventiva en el control de obras públicas ha multiplicado la ineficiencia, al interferir miles de funcionarios de la Contraloría, sin experiencia en licitaciones o ingeniera, con recursos legalistas, las miles de obras públicas en curso en el país. Un Alcalde me contaba: “viene un abogado de la Contraloría, que nada sabe de Ingeniera y nos obliga a volver atrás todos los trámites con objeciones formales y leguleyadas que nos han retrasado un proyecto de agua un año”. Es la voz del pueblo y de los clientes que la Contraloría parece no escuchar. Otro ejemplo de que la lucha contra la corrupción se ha vuelto una obsesión que paraliza por el miedo a todos los funcionarios públicos.


Finalmente, la ola popular de respaldo a Antauro Humala, permite avizorar que ha surgido un competidor radical de Castillo, que aprovechando la presente crisis abre paso a una clara opción anti sistema. Esta es una protesta pre revolucionaria, contra un sistema que excluye a una mayoría de peruanos que se consideran ciudadanos de un país adonde no tienen derechos básicos.


75 por ciento de estos peruanos son informales, autoempleados sin derechos económicos suficientes de acceso al mercado, sin empleo estable, sin seguro social, con un sistema educativo que tiene necesidades inmensas de inversión en infraestructura y un sistema de salud que no resulta eficiente, aunque el responsable sea militante de un partido marxista leninista.


Además, ni ese partido, ni ninguno existente en el Perú, tiene un programa para superar la informalidad y precariedad en que viven estos peruanos. No hay socialismo ni capitalismo para los precarios que son mayoría en este país.


Y algunos de los que viven en zonas rurales, han visto mejorar su nivel de vida, un mayor acceso al mercado producto de mejores comunicaciones viales. Pero una mayoría sienten que existen en un mar de precariedad y pobreza física. La única verdad real es como se siente la gente, una verdad de marketing que es dogma para interpretar la realidad del Perú post pandemia.


Vastos sectores de la ruralidad peruana viven del cultivo de coca, de la minería ilegal o semilegal. También vivir en los cerros y desiertos de las urbes, es estar expuestos a un desastre no natural sino social. La inseguridad, el hambre, el desempleo o la sensación de abandono del estado y las élites del país, está pasando la factura. A Castillo y al Legislativo.


Mi hipótesis es que, si se adelantan las elecciones, no gana Keiko como cree el sector más conservador, Castillo será sucedido por Antauro. Su base es el Sur Rebelde y las masas informales que son la mayoría del Perú en las zonas urbanas.


En conclusión, no basta el diálogo entre el Gobierno y el Congreso, cuyos partidos representan estadísticamente muy poco. Como las sabias hormigas, los que creen en la democracia con igualdad deben construir una balsa. Antes que la corriente los arrase.


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