Lo que la Agricultura Necesita del Próximo Gobierno
Terminó el primer debate entre los candidatos Pedro Castillo y Keiko Fujimori, y la agricultura no estuvo entre los cinco puntos elegidos, pese a que según Censo Nacional Agropecuario (CENAGRO) de 2012, Cajamarca es el departamento con mayor cantidad de agricultores en el país. Sin embargo, ambos candidatos la mencionaron tangencialmente, lo que no resulta extraño pues emplea 25% de la Población Económicamente Activa (PEA). Así, Pedro Castillo, de un lado volvió a tocar el tema de una segunda reforma agraria, añadiendo que “no se importará lo que acá se produce”; mientras que Keiko Fujimori, indicó que se entregarán 5000 tractores, se traerían
“semillas mejoradas” y se importará fertilizante para venderlo más barato.
Llevo muchos años, trabajando en el sector y observo en cada proceso electoral, que los candidatos ofrecen apoyar a la agricultura. Los gobiernos de turno se enfrascan en solucionar coyunturas, sin embargo, se mantiene la misma problemática, ya que las propuestas electorales y planes de gobierno se enfocan en paliativos, que además son modificados por cada ministro, y así, vuelven a emerger los problemas recurrentes que se traducen en bajos precios de los productos en el mercado local, y la caída en la productividad. A ello, se suman acusaciones por parte de dirigentes agrarios en el sentido que “no se hace nada por la agricultura”.
El Ministerio del sector, que ha pasado por varias reorganizaciones y tres cambios de nombre, se aleja cada vez más del campo, pues varias funciones y competencias fueron transferidas a los gobiernos regionales, y estos no le asignan presupuestos adecuados a sus direcciones o gerencias regionales de Agricultura. Sumado a esto, el cambio climático nos castiga con una diversidad de problemas: lluvias excesivas, sequías, heladas, friajes, y como consecuencia de lo anterior, la agudización de los problemas sanitarios. A ello, hay que agregar la problemática del COVID 19, que no solo ha afectado la producción, sino también los precios, sumado a la pérdida de vidas en el campo.
Somos un país complejo y no sabemos aprovechar las ventajas que nos otorga la diversidad de climas y de productos, lo que nos clasifica como un país megadiverso. La gran diversidad de productos agropecuarios se refleja en estadísticas agrarias para más de 140 rubros. En el nuevo milenio empezamos a destacar como un país agroexportador, habiéndonos colocado en los primeros lugares como exportador de varias frutas y hortalizas que se muestran en diferentes mercados de Norteamérica, Europa y Asia, y que han logrado incrementar nuestras agro exportaciones desde US$ 645 millones en 2000, hasta más de US$ 7,400 millones en 2019, en más de cien partidas arancelarias, y permitiendo a 1,115 pequeñas empresas agrarias exportar menos de 1 millón de dólares, 168 entre 1 y 10 millones, y solo 24 más de US$ 10 millones, y recientemente hemos alcanzado el lugar del segundo mayor exportador de uva en el planeta; sin embargo, frente a esta agricultura de agroexportación, hay 54% de agricultores que siembran papa, café, arroz y maíz amarillo duro, y ganaderos que producen leche a precios que no cubren los costos de producción.
El Perú es un país donde se superponen varios tipos de agricultura. Si tomamos en cuenta las cifras del último CENAGRO, encontraremos 2.2 millones de unidades agropecuarias, y de estas, 1.2 millones son dedicadas a la auto subsistencia. Del millón de unidades restantes, que están articuladas al mercado, es decir producen para hacer negocio, sólo 230 mil tienen acceso al sistema financiero formal. Claramente nos está indicando que existe por lo menos 80% de informalidad en la agricultura, superando el promedio nacional.
No hay que soslayar que las 1.2 millones de unidades de auto subsistencia pueden jugar un rol importante en la conservación de la biodiversidad, y dedicar parte de los ingresos percibidos en actividades no agrarias a la producción de alimentos. Por lo tanto, deben recibir atención de programas sociales para evaluar su verdadera situación y encontrar soluciones sostenibles de mejora que va más allá de la agricultura. De otro lado, las 230 mil unidades con acceso al sector financiero, han entrado a un proceso formal de producción y comercialización y es necesario apoyar su crecimiento económico. En el caso de las cerca de 800 mil unidades que no tienen acceso al sistema financiero, estas se encuentran, en su mayoría, bajo un sistema de manejo económico denominado agricultura familiar, sistema que ha recibido mucha cobertura y atención en medios políticos y sociales, muy discutido en foros propiciados por la cooperación técnica, pero poco entendido.
Comments