El sector agrario y la (i) lógica presupuestal del gobierno
Gran parte del futuro nacional depende del desarrollo agrario, no solo porque alberga al 25% de la PEA, sino porque para ello los productores deben generar alimentos sanos de forma competitiva, conquistar mercados locales, incrementar la exportación, diversificar los insumos usados en distintos sectores económicos (textil, medicina, madera, bebidas, gastronomía, etc.), entre otros temas.
En el año 2022, el Valor Bruto de la Producción Agropecuaria fue de 39 mil millones de soles: dos tercios correspondieron al subsector agrícola y un tercio al subsector pecuario. Del subsector forestal poco se sabe.
Las 3 regiones que más aportaron al VBPA (valor bruto de la producción agropecuaria) fueron Lima (S/ 7,193 millones), La Libertad (S/ 5,539 millones) e Ica (S/ 3,451 millones); y entre las 3 regiones que menos contribuyeron están Moquegua (S/ 155 millones), Madre de Dios (S/ 178 millones) y Tumbes (S/ 198 millones).
Los 5 productos más relevantes fueron: aves (S/ 8,266 millones), arroz (S/ 2,817 millones), papa (S/ 2,719 millones), arándano (S/ 2,658 millones) y café (S/ 1,689 millones).
Ese año, el presupuesto público para el sector agrario fue S/ 8,715 millones, distribuidos de la siguiente manera: MIDAGRI (S/ 3,298), GOREs (S/ 2,683) y Municipios (S/ 2,733). En los últimos 5 años, el presupuesto aprobado fue de S/ 35,916 millones, de los cuales se ejecutó S/. 26,198 millones (72.9%). El impacto es imperceptible.
La cantidad de recursos que han puesto los gobiernos a disposición de la institucionalidad agraria las ha debido convertir en efectivas “palancas” para promover el desarrollo, pero lamentablemente no ha sido así. Actualmente, casi el 45% de los pequeños productores son pobres y alrededor de un 35% adicional está en condiciones de vulnerabilidad.
Para apoyar a mejorar la situación en el campo es urgente hacer incidencia política para que los gobernantes, si tienen un mínimo de sensibilidad, analicen y pongan atención a la deficiente organización y gestión del sector. No se trata de trabajar monótona y desordenadamente año a año, tampoco de promover ferias comerciales de nulo impacto o persistir en financiar planes de negocios de dudosa sostenibilidad, sino de construir un sistema de gerencia moderno, integrado y eficaz que apoye a cualificar y rentabilizar al agro.
Es prioritario reconceptualizar y reestructurar la institucionalidad agraria; para ello es capital que se reúnan: el ejecutivo (PCM, MEF, MIDAGRI), el Congreso y los gobiernos subnacionales con el objetivo mencionado. Se requiere un diagnóstico certero y una propuesta innovadora que posibilite la integración y cohesión inter- institucional con enfoque de gerencia. En cada región laboran en promedio 10 o 12 instituciones agrarias, cada cual en su propio remolino. Según algunos informes, la productividad está estancada en buen grupo de productos, y en algunos casos baja; se advierte también perdida de tierras agrícolas por salinización u otra razón (sería necesario conocer si ocurre ampliación o reducción de la frontera agrícola cada año).
Comments