No se trata de avanzar haciendo lo mismo, se trata de cambiar el rumbo y escalar la montaña
La defensa de los ecosistemas y la construcción de un nuevo modelo de producción / comercialización agraria para los pequeños productores requiere del apoyo de una nueva institucionalidad promotora (MIDAGRI), así como de servicios empresariales/ financieros diferenciados. Las propuestas alternativas deberían considerar ofrecer servicios condicionados al logro de resultados, ya que actualmente no se cobra por la prestación; además, como ocurre año a año con los servicios tradicionales, no se logran los resultados esperados (generar un esquema mejorado tipo Juntos).
En esta dirección y esquema, sería necesario dar nueva forma a la herramienta denominada Núcleos Ejecutores, dadas su versatilidad y practicidad para ser aplicados a nivel distrital y provincial, considerando la participación multisectorial. Esta herramienta permitiría conceptualizar mejor las intervenciones y trabajar en base a estrategias participativas.
Siempre hemos señalado que el desarrollo agrario deberá ser construido por las “propias manos” del productor. Para ello, se debe adaptar la herramienta de Núcleos Ejecutores y posibilitar que los productores sean realmente agentes de cambio. Aplicarlo significaría: i) identificar problemas y propuestas de solución en el territorio (diagnóstico), ii) estructurar las actividades a ejecutar para dar respuesta a la problemática (plan), iii) convocar a los alcaldes, autoridades, organizaciones aliadas, etc., para lograr los medios, equipos y logística (ayuda mutua y colaboración), iv) reglamentar y comprometer la participación de la población (cohesión e integración), y v) programar el plan de acción del Núcleo Ejecutor (limpieza de canales, zanjas de infiltración, cochas, ampliación de frontera agrícola, forestería, mejora de silos, caminos, siembre y cosecha de agua, etc.).
En base a ello, aparte de su rediseño, MIDAGRI debería habilitar un fondo para dar movilidad a la fuerza social que estaría dispuesta a construir el cambio en los territorios y cuencas bajo el modelo de servicios condicionados y de núcleos ejecutores. Se necesita construir fuerza social / productiva de escala significativa en los ámbitos a nivel nacional.
Lo productivo y económico debe mejorarse en base a la innovación, calidad y productividad; dando valor agregado y diferenciación a los productos; ampliando, formalizando y optimizando los predios; y mejorando el acceso y posicionamiento de sus bienes agrarios en los mercados más atractivos (locales e internacionales).
En cuanto a los servicios financieros, se propone - para el debate - construir una herramienta potente que dé sentido y forma a las distintas reformas y líneas de trabajo que el pequeño productor requiere. Esa herramienta debería ser un banco agrario - de segundo piso y construido sobre el actual - que ofrezca créditos subsidiados y de alta cobertura, a manera de un banco de fomento.
Estos servicios financieros permitirán impulsar el desarrollo de las pequeñas empresas agrarias posibilitando la ampliación de terrenos, acceso al equipamiento, capital de trabajo, innovación, mejora genética, entre otros. En el libro “Por Qué Fracasan los Países” (Daron Acemoglu / James A. Robinson), se señala a la presencia y operatividad de los bancos locales como un factor decisivo para el desarrollo de los Estados Unidos, los cuales asumieron un rol promotor en el impulso de los negocios de interés local.
Un nuevo banco agrario con tasas que promedien el 5% de TEA debería ser el vehículo que dé la oportunidad a los pequeños empresarios agrarios para que transiten por el camino de la prosperidad y se proporcione un soporte básico para ayudar a construir un sistema comercial y de producción alternativo al actual (regenerativo, eficaz, rentable e innovador).
Es necesario también poner en valor la gran cantidad de terrenos que están en abandono o sin uso, e incluso algunos que son de propiedad del Estado. En ese sentido, se hace imprescindible crear un fondo que posibilite comprar y vender tierras a nuevos y pequeños productores, lo cual daría un nuevo impulso al agro. En la expectativa de que desciendan los costos de desalinización del agua de mar, nuestra franja costera podría llegar a ser un páramo con gran opción de ser el gran proveedor de alimentos y productos agrarios para el mundo. Por ello, es ineludible evitar que esas tierras sean mercantilizadas u otorgadas indebidamente a los de “siempre”.
Para recorrer estos caminos, se requiere aprender de los alpinistas: fijar el objetivo, medir el entorno, construir equipos de resistencia, disciplinarse, equiparse, desarrollar una correcta estrategia para subir la montaña (si se quiere regresar con éxito). Si no se cultiva actitud y compromiso, no se logrará lo requerido. Si no existe desarrollo en el agro, será muy difícil que el Perú lo logre.
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