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Juan de Dios Guevara / Volver a primera (2 de 2)


La necesidad de volver a ser de primera


Debemos tomar conciencia, de que estamos más cerca de emprender un desarrollo sostenible, aprovechando todo lo positivo que hemos hecho en nuestra historia, que mirar cruzados de brazos o criticando por criticar, o listos para el ataque, como si estuviéramos en guerra permanente entre nosotros mismos, o votando por cualquier candidato improvisado, sin conocimientos, sin planes de gobierno, sin equipos, con problemas con la justicia, que lo único a que van a conducir, es a hacer inviable el Perú. Es hora de pensar en serio por el país. Vamos a elegir un gobierno, que nos dirigirá los cinco primeros años de camino al Tricentenario, con 130 nuevos congresistas, que vaya a saber que elegirá, nuestra heterogénea sociedad, con una oferta política, bastante pobre. No veo un candidato, cómo para ser Presidente de la República del Perú. Lamentable.


Hay que esforzarnos todos, por mejorar cada día. Estamos caminando mal, en muchos aspectos. Acabamos de vivir un bochornoso jalón de orejas desde el exterior, hecho que nunca debió escalar a esos niveles, si se tuviera una institución acorde a la certificación global, que exige el fútbol cómo deporte, si es que se hubiera simplemente cumplido con el reglamento aprobado, en el Perú. Qué esto nos sirva de lección, para que no volvamos a cometer errores, en todo orden de cosas.


Una vergüenza internacional, que del extranjero nos tengan que enmendar la plana, -por malos dirigentes enquistados en el poder-. Un llamado a la Federación Peruana de Fútbol (FPF), ¿Qué esperan para renovar esa plana dirigencial? ¿Cómo es posible, que establezcan unos reglamentos, y luego no los cumplan? ¿Quieren más informalidad en el Perú? Este papelón internacional, nos debe dejar grandes lecciones. La FPF, debe renovarse. Ya hace buen tiempo, que viene siendo cuestionada, con su actual presidente en problemas con la justicia, y su anterior, en la cárcel, y ahora corregidos desde el exterior por su mala administración.


Por esa informalidad, el Alianza Lima, una institución, con 120 años, no gana puntos en mesa, sino hace que otro equipo por incumplimiento de las reglas establecidas previas al inicio del campeonato, los pierda, dándole la oportunidad, de no bajar a segunda división, cómo sus malos jugadores en la cancha, lo lograron en la temporada 2020. Y para lograrlo, recurrió al máximo tribunal deportivo en Suiza, que le dio la razón a su reclamo, dejando al descubierto, la mala gestión de los dirigentes del fútbol peruano. Así cómo nos recordó a todos, que no sólo son los 11 jugadores que salen a la cancha, si no que detrás de esos 11, hay toda una organización. Toda una maquinaria, para que esos 11 se dediquen sólo a ganar, gustar y golear. Y esos malos jugadores, no lo hicieron, y llevaron a la baja, al equipo más popular del Perú, según todas las encuestas de mercado.


Como todo aficionado al fútbol reconozco que en la cancha, se gana, o se pierde, pero también reconozco, porque tenemos que darnos cuenta, que para eso existen los dirigentes, que velan para que toda la institución funcione, entre ellas la función de velar por sus intereses, haciendo que se cumpla con los reglamentos, y bueno, así fue, que en esta oportunidad, su departamento legal, logró que el máximo tribunal deportivo les dé la razón, sancionando al infractor, y así poder volver a ser de primera.


Así es que la mejor manera de recuperar la dignidad futbolística de esta centenaria institución, será ganar todo. Los que vistan esta tradicional camiseta, deben entender, la responsabilidad que tienen que asumir. Ya es hora, de uno y varios campeonatos internacionales y no tener el triste récord de ser el equipo con más tiempo sin ganar en la Libertadores. Sólo ganar, ahora, les será permitido.


Resaltemos nuestras longevas instituciones. Son el activo que hemos construido. Existen varias instituciones centenarias, y muchas más deberán lograrlo. El Perú continúa. Continuemos bien. Que las lecciones de nuestros errores, nos obliguen a ser totalmente resilientes, para así volver a La Victoria


“Llegar al final no significa acabar. Muchas veces me planteo la duda de si terminar algo no es más que el inicio de un nuevo camino. Y esa duda es la que me empuja a intentar un volver a empezar”. –Pablo Alborán-


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