Es necesario y urgente el cambio
Sin educación no hay desarrollo, ni bienestar. Más aún en esta economía del conocimiento. Y vemos como los países que han revertido la situación de pobreza a país próspero, son aquellos que claramente han apostado por ella.
Muchos hemos visto un video viral dónde el periodista economista Andrés Oppenheimer, resalta que, en su visita a Singapur, país que se admira por su salto al desarrollo, se quedó sorprendido, de que el billete más común, sea exaltando el tema de la educación, con la imagen de un profesor enseñando, mientras que, en nuestros países, en los billetes, se destaca el culto a la personalidad, destacando personajes del ayer.
Costumbre que se mantiene, contraria a la buena educación, cómo estamos viendo, al cambiar los nombres de las plazas públicas, dedicadas a valores, cómo eran los nombres de ellas, en homenaje a la democracia y a la cultura, sean cambiados por personajes de la preferencia del alcalde de Lima, uno de los líderes de la derecha peruana, que, a pesar de los 8 meses transcurridos, se encuentra muy lejos de cumplir con todas sus ofertas electorales. Su gestión con alta nota de desaprobación se inició con una embarrada de arena a una piscina que funcionaba bien, y ahora se encuentra negando lo que en actas cuando fue regidor, estampó su firma, para con quien ahora se enfrenta, para cumplir con sus promesas electorales, las Rutas de Lima con las empresas brasileñas.
Partidos políticos, tan mal organizados, que ni siquiera pueden filtrar a sus militantes, cómo acabamos de ver con la presencia de un preso por terrorismo, que ha vuelto a caer adoctrinando a unos niños, en las filas de un partido cuyo dueño tiene altos intereses en los “negocios” de la educación, por lo que hasta bancada política ha logrado para que le defiendan sus intereses, y en dónde en sus negocios, también se filtran egresados con tesis plagiadas y poca exigencia en la calidad de los mismos, cómo lo apreciamos con su exalumno Castillo, por citar un ejemplo, y ahora este partido que suele llevar al congreso personas con pendientes en la justicia, ahora hace alianza con el actual gobierno.
La izquierda no se queda atrás, el dueño del partido Perú Libre que en un sentido autocrítico debió por su propia iniciativa meterse en la cárcel, por la irresponsabilidad de haber presentado una plancha presidencial, del nivel que con sus actos nos lo han demostrado, sin ningún plan de gobierno y escasos profesionales bien seleccionados, para ejecutarlo, ahora se encuentre prófugo de la justicia, ante reciente condena por su gestión en años recientes de gobernador de Junín.
Una irresponsabilidad total, haber llevado al poder a esa mediocridad de congresistas, que ha sumado más mediocridad a la que la alianza de la derecha ya le venía aportando al país desde años atrás. Repasemos no más estos últimos 7 años. Cuanto tiempo perdido. Cuánto daño nos estamos haciendo como país con esta clase de políticos. Y para colmo estos extremos ahora están en alianza, para quedarse en el poder, con el claro objetivo de lograr su impunidad y seguir manteniendo sus cuotas de poder.
Con seguridad, si nos hiciéramos el ejercicio de contratar y seleccionar personal para un sueldo cómo el que ganan los congresistas, con total certeza, no los contrataríamos a su gran mayoría. Pero esos son los que han llegado al poder y por supuesto no quieren irse, para no perder esta oportunidad magnífica que le ha dado nuestro mal entendido concepto de democracia, que permite que cualquiera por tener tanta edad pueda ser elegido. Los problemas del Perú son tan serios que no nos podemos dar el lujo de someter nuestro progreso y desarrollo al azar. Se le debe dar facultades extraordinarias al JNE (Jurado Nacional de Elecciones) para que con especialistas en la materia hagan una reforma electoral y una reforma de partidos.
La alianza del congreso con el ejecutivo, nos está haciendo mucho daño. No funciona. No tienen capacidades como para conducir al Perú. Los resultados lo están demostrando. Y esto se venía advirtiendo de tiempo atrás. No hay gobernabilidad posible, con tan alto índice de desaprobación.
Personalmente, a los 8 meses de gobierno de Castillo, el 23 de abril del 2022 escribí: “¡Qué se vayan todos!”, y el 3 de junio del 2023 a los 6 meses de gobierno de Boluarte, escribí: “¡Así no se puede seguir!”, en dónde sostenía que debían irse todos, por razones de falta de conocimientos, de preparación, de experiencias, de aprobación de la ciudadanía y sobre todo porque más de 72 congresistas tenían pendientes con la justicia, tan igual como los partidos con que llegaron al poder. Por lo que pedía por el bien del país que se fueran todos y se convoque a nuevas elecciones. Pedido que lo reitero.
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