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Juan de Dios Guevara / Un ejemplo a considerar (2 de 2)


La compañía Bloomberg creó el Índice Global de Innovación para establecer una clasificación con los países más innovadores del mundo. El Índice valora cuestiones como el registro de patentes, la inversión en educación o la productividad. Para llegar a esa conclusión, Bloomberg puso bajo el microscopio la economía de 200 países analizando diferentes criterios con datos aportados por organismos como el Banco Mundial (BM), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) o la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).


Los resultados de los 10 países más innovadores fueron: 1. Corea del Sur 2. Alemania 3. Finlandia 4. Suiza 5. Israel 6. Singapur 7. Suecia 8. Estados Unidos 9. Japón 10. Francia. Siete categorías principales en las que se basa este ranking de innovación:


1. Inversión en I+D Porcentaje del Producto Interior Bruto —PIB— de un país dedicado a Investigación y Desarrollo. Corea del Sur se impone en esta categoría destinando un 4,3% de su PIB —casi 70.000 millones de dólares—.

2. Registro de patentes. Número de patentes registradas a nivel internacional. Estados Unidos continúa siendo el líder debido a su potente industria tecnológica, donde crece sobre todo el registro de patentes relacionadas con la Inteligencia Artificial (IA).

3. Inversión en educación superior. Se refiere al nivel educativo de los trabajadores, concretamente de aquellos que alcanzan estudios universitarios, posgrados y doctorados. Singapur está a la cabeza al invertir un 20% de su presupuesto anual. En contraposición, Estados Unidos apenas dedica un 2%.

4. Valor añadido en la industria. La Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos define el valor añadido como “la contribución de la industria privada o del sector público al PIB global”. Según Bloomberg este apartado estaría liderado por Irlanda.

5. Productividad. Irlanda también domina esta categoría gracias a lo que el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, definió como leprechaun economics —economía de duendes— tras el fuerte incremento del PIB del país como consecuencia del aterrizaje masivo de empresas multinacionales.

6. Densidad de empresas públicas de alta tecnología. Engloba compañías dedicadas a la informática, la biotecnología, la electrónica, etc. En este apartado Estados Unidos es el líder indiscutible al ser la sede de las empresas tecnológicas más importantes del mundo.

7. Concentración de investigadores. Profesionales de la ciencia y la ingeniería —incluye estudiantes de doctorado— por número de habitantes. El cetro lo ostenta Dinamarca, donde cerca de una quinta parte de su investigación es citada en el 10% de las publicaciones más importantes de países de la OCDE.


Para llegar a ser el primer país en innovación, Corea del Sur pasó de ser un país agrario y subdesarrollado de los 50´s a ser una potencia industrial y tecnológica al día de hoy. Sabemos que, en esta era del conocimiento, Corea del Sur nos plantea el camino a seguir, con el papel de la ciencia y la tecnología en el modelo de desarrollo, con resultados palpables, en telefonía inteligente, pantallas plasma, focos led, automóviles, informática, industria naviera. En resumen, trabajo y más trabajo, con conocimientos, en industrias del mañana


Esperemos que las autoridades peruanas, con visión al futuro, desarrollen políticas sostenidas y sostenibles de ciencia y tecnología. La principal diferencia entre la sustentabilidad y la sostenibilidad es que la primera se centra en estos recursos y su uso racional, mientras que la segunda tiene en cuenta toda una serie de procesos que buscan un cambio integral: medioambiental, social, económico, político y cultural. Con los recursos que disponemos, debemos aprovechar que nuestras ventajas comparativas, en el agro, pesca, minería, forestal, textil y turismo, se vuelvan competitivas.


Pareciera que lo que falta es voluntad política para integrar voluntades y cambiar el rumbo de este país. Nos es necesario, el líder, ya que nos falta liderazgo, para que sea verdad lo de “no más pobres en un país rico”. No sólo lo podemos hacer, si no que debemos hacerlo. Pensemos en nuestras generaciones futuras


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