Como lo comentara en mi artículo de la semana pasada, la Embajada de Estados Unidos en el Perú, en apoyo al representante del Sistema de las Naciones Unidas en el Perú, que había recordado al Perú de la separación de poderes, conjuntamente con otras 7 embajadas acá acreditadas, en el Día Internacional de la Democracia: Argentina, Australia, Canadá, Finlandia, Francia, México e Inglaterra, enviaron antes del viaje de la presidente a USA un comunicado conjunto, bastante claro y directo: “En el marco del Día Internacional de la Democracia, apoyamos los principios fundamentales de la democracia, incluyendo una sociedad civil dinámica, la separación de poderes y la independencia de las instituciones, reafirmamos nuestro compromiso de apoyar la democracia en el Perú y valoramos nuestra amistad duradera con el pueblo peruano”.
Ante esta confusión, la gente se pregunta quien es quien, la de antes del 7 de diciembre o la de ahora. Y estas dudas desacreditan a la clase política, ya que no se sabe si lo que ahora dice es cierto. Uno lee los discursos de la ahora presidente, y sus escritos en redes sociales de antes del 7 de diciembre y queda sorprendido de su actual cambio.
Igual sucede con el abogado personal de la Presidente, el que fue Ministro de Defensa, cuando se sucedieron las primeras violaciones de los derechos humanos, para luego ascender a Primer Ministro. Si se lee sus escritos en redes sociales antes del 7 de diciembre, queda sorprendido con su mutación. También estos cambios de 180 grados, se han sucedido con el nuevo primer vicepresidente del congreso, y el nuevo segundo vicepresidente, como todos lo recuerdan.
En todos estos casos, sus escritos y declaraciones anteriores, que en este mundo digital son difíciles de borrar, expresan lo contrario a lo que ahora expresan, generando válidas dudas sobre lo que es la clase política en el Perú, en la actualidad. Duda y rechazo que se acrecienta aún más, cuando uno se va enterando que el nuevo presidente del congreso, tiene diversas denuncias fiscales, y ahí sigue. Toda una falta de respeto a la población peruana.
Población que se sorprende de la necedad de sus autoridades de no querer irse. La gente no los quiere, ni los reconoce en muchos lugares del país, porque el sistema electoral está mal hecho, por eso la población los rechaza, y no les ve legitimidad. Más de 140 candidatos pertenecientes a todas las organizaciones políticas que participaron en las elecciones del 2021contaban con problemas con la justicia. El flamante presidente del congreso tiene numerosas denuncias fiscales. ¿Quién moraliza al moralizador?
Es bueno recordar que, en la primera vuelta de las elecciones del 2021, del total de votantes registrados 25.287.954, los votos de Castillo con 2.724.752 representaron el 10.77%. O sea 1 de cada 10 peruanos votó por él en la primera vuelta. Fujimori con 1.930.762 representó el 7.64%. O sea 1 de cada 13 personas votó por ella en la primera vuelta.
La suma de los dos no llegó ni siquiera al 20%. O sea 4 de cada 5 peruanos, no los quería a los dos juntos, y los sigue sin querer tal como lo reflejan las encuestas, más del 80% desaprueba al Ejecutivo y al Congreso. La suma de los votos blancos y viciados, 3.313.086, superaron ampliamente a los dos más votados. La suma de las abstenciones, 7.574.238 casi duplica la suma de los dos más votados. Los votos válidos fueron 14.400.630 y los votos emitidos 17.713.716. Si estas cifras no las entendemos, simplemente no entendemos lo que es la democracia.
La gran mayoría de peruanos cuando Castillo cayó por su absurdo golpe de estado, pensó que era el fin de una pesadilla y que todos se iban. Cambiábamos las normas electorales, permitiendo sólo la participación de organizaciones políticas sin problemas con la justicia, al igual que sus candidatos, con conocimientos y experiencia, y un plan de trabajo para sus 5 años de gobierno, con las personas idóneas para su realización. De tal manera, que las elecciones fueran como una gran licitación, para votar por el mejor plan y equipo, para manejar tremendo país cómo es el Perú, y así poder seguir avanzando, pensando en nuestro presente y en nuestras generaciones futuras.
Pero no fue así. Su ambición de poder, los llevó a alianzas contrasentido, y ahí siguen, sin darse cuenta que estamos perdiendo tiempo valioso. Este gobierno, con este congreso, quieren que suframos de amnesia y nos olvidemos de las víctimas, de las infracciones a la constitución que dicen defender para lograr el poder total, de la corrupción y de sus pendientes con la justicia, de sus aspiraciones a lograr gobernarnos dictatorialmente, de que se nos condene internacionalmente, y de que no cuentan con respaldo popular, por más acciones de populismo que hagan. Deben darse cuenta que no generan confianza nacional e internacionalmente, por lo que no atraen inversiones en un país con tantas oportunidades, generando por lo tanto menos empleo, más pobreza, más delincuencia.
Triste realidad, pero este gobierno con este congreso, no levantan vuelo y nos estamos haciendo daño al no cambiarlos. No podemos seguir perdiendo tiempo. Aparte del problema político, también hay que solucionar el problema económico, social y el problema climático, en el que nos encontramos, en forma urgente y decidida. Pensemos a futuro, dónde veremos las consecuencias de las decisiones que tomemos hoy. Reacciona Perú.
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