Seguimos con esta tensión política, que genera incertidumbre, inestabilidad, y que debemos por el bien de todos los peruanos, encontrar la manera de darle una salida a esta crisis, ya que nos impide concentrarnos en los temas vitales para nuestro desarrollo, en un momento pos pandemia, y en que la economía mundial se encuentra en serios problemas. Pareciera ser que nuestra clase política, no toma conciencia de la gravedad del asunto, con los problemas a futuro que se nos vendrán, si no tomamos las medidas correspondientes, que significan la elaboración de una agenda común, en un Acuerdo Nacional.
USA ha tenido crecimientos negativos en los dos primeros trimestres, y cada vez que el PBI cayó por dos trimestres seguidos, apareció una recesión. Hecho que no se sucede desde hace 75 años. China por su parte registra la proyección de crecimiento de 3.3% la más baja desde hace 40 años. La FED (Sistema de Reserva Federal USA) ha subido su tasa de interés en un 0.75%, llegando a 3%, y en el Perú, el BCR la ha subido a 6.5%, lo que frena la economía en consecuencia.
Si somos conscientes de que las economías de USA y de China, representan más del 40 % de la economía mundial, por lo que si ralentizan su crecimiento, los vagones detrás de la locomotora, frenan su crecimiento y para nosotros que sólo representamos el 0.34% de la economía mundial, las consecuencias de la recesión se notarán con más fuerza.
La pregunta que surge: ¿cómo es posible que un país con tantas potencialidades, tremenda biodiversidad, rica historia, buena ubicación geopolítica central en el Pacífico sur, sólo represente el 0.34% de la economía mundial? Evidentemente, hay fallas estructurales en nuestra economía que debemos corregir, porque si no nuestro futuro será muy incierto Es hora de reconocer los avances logrados durante las últimas décadas, pero también es hora de reconocer que hay aspectos que se requieren cambiar para obtener resultados óptimos. Insistir en lo bueno, corregir lo malo, y no perder tiempo, porque las necesidades son diarias.
En este escenario, ante la pobreza, hambre y desabastecimiento posible en América Latina, Mario Lubetkin, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, dijo que la transformación de los sistemas agroalimentarios es clave para combatir el hambre, la pobreza y la desnutrición en la región. “Sabemos que el diagnóstico es que no estamos bien, el gran desafío es cómo construir esa sostenibilidad, transformando y modificando los números y las tendencias negativas”. Gran desafío, que todos juntos debemos asumir.
Desafío para lo cual debemos entender, que hemos pasado del auge económico a la crisis sanitaria, de ser considerado un milagro económico a un país lleno de dificultades, en menos de dos décadas, y en donde se evidencia una baja eficiencia de la gestión pública, que por regulaciones excesivas y por brindar poco acceso a los servicios básicos, ha auspiciado el camino de la informalidad y de un ambiente propicio para la corrupción.
Esta deficiente provisión de servicios, agudizaron la crisis del COVID 19, ubicando al Perú entre los países más afectados a nivel global. Si a esa precariedad de oferta de servicios, le sumamos el hacinamiento de muchos hogares peruanos, con falta de servicios de agua y desagüe, con un comercio minorista y transporte informal, tenemos todos los insumos para consecuencias sanitarias fatales en una población muy vulnerable.
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