En el área urbana y rural del interior del país, la encuesta Infobarómetro de la niñez y juventud, sugiere que el área urbana se encuentra más vulnerable que la rural.
El 51 % del área urbana comió 3 o más comidas al día los últimos 7 días. El 49 %, 2 de cada 4, confesó que al menos un día de la semana no cumplió con la ingesta de 3 alimentos diarios.
Por otro lado, el 61 % del área rural comió 3 o más comidas al día durante el mismo periodo. Es decir, un grupo menor de personas, el 39 %, 2 de cada 5, reveló que al menos un día de la semana no cumplió con la ingesta de 3 comidas diarias.
El dato más preocupante es que el 13 % de personas admitió que ningún día en los últimos 7 días ingirió 3 comidas. Más de 3 millones de personas, esto es 3 157 820, se saltaron al menos uno de los 3 alimentos.
Sobre al uso de las ollas comunes o comedores como recursos para la alimentación, se reportó que un 9% de la población, lo que equivale a más de 2 millones (2 186 183) de personas, tuvo la necesidad de recurrir a una olla común en busca de alimentos durante la última semana.
En los últimos 7 días, un total de 971 637 personas, lo que se traduce en 4% de la población, se vieron en la necesidad de asistir a una olla común en busca de alimentos en más de 2 días. Casi 1 millón de personas buscaron una olla común para atenuar el hambre.
En Lima son 2 011939 de personas que experimentaron hambre por falta de recursos algún día en los últimos 3 meses. Esta cifra se traduce en 24 % de la población limeña que no comió al menos un día en el último trimestre.
En el interior del país, el porcentaje de personas que experimentaron hambre por falta de recursos algún día en los últimos 3 meses es mayor, con 27 %. Esto se traduce en 4 295 118 personas afectadas por la carencia de alimentos.
Cifras que grafican la gravedad del problema. Cuando hay hambre en una sociedad, la inseguridad ciudadana se incrementa, tal como lo estamos viviendo. ¿Qué hacer al respecto? ¿Qué hacen las autoridades? El tema alimentario a pesar que afecta a millones de peruanos, no es una prioridad para nadie. Cuidado.
El IGH 2023, recomienda que se debe apostar por el talento juvenil, para lo cual es vital fortalecer servicios como la educación de calidad y garantizarles el acceso a tecnologías para desarrollar más habilidades. También propone el IGH 2023 que los programas sociales y económicos impulsen la igualdad de género para acabar con las barreras en la educación y el empleo; y justamente sobre este último punto exhortan a garantizar salarios justos dentro de los sistemas alimentarios. Garantizar educación de calidad, salarios justos e igualdad de género permitirá reducir la precariedad.
Los peruanos entre 18 y 25 años de edad actualmente se encuentran en un contexto de «sistemas alimentarios desiguales e insostenibles que no garantizan la seguridad alimentaria y nutricional, lo que podría ocasionar una «fuga de capital humano», tal como las cifras nos lo revelan. «Hay un gran riesgo de que [los jóvenes] busquen otras oportunidades afuera de sus hogares, de zonas rurales a urbanas o incluso de Perú a otros países, para desempeñarse en otros sectores y no contribuir con sus innovaciones al desarrollo futuro de los sistemas alimentarios», detalló Kaspar Schmidt, vocero de Alliance2015, e instó a que deben mejorarse las condiciones de empleo y garantizar salarios justos dentro de los sistemas alimentarios para que la juventud vea a la agricultura y los sistemas alimentarios como sectores en los que pueden «ganarse la vida de forma rentable y desarrollar sus carreras profesionales».
Será bueno tener en cuenta, para que se articule de inmediato una estrategia adecuada, para enfrentar y mitigar el problema del hambre, el viejo refrán: “Cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana”. Cuidado.
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